Dos de nuestros redactores, Daniel Méndez y Manuel Laya, debaten sobre si el extremo portugués debe volver al once titular o si por el contrario debe continuar en el banquillo.
Se ganó la titularidad a base de trabajo, goles y desborde por las dos bandas. Las lesiones de Bruno Gama, Saúl y Pablo Álvarez le abrieron las puertas del once y Diogo Salomão no desperdició su oportunidad. Enamoró a Riazor con sus carreras y sus goles, pero desde la pasada jornada su lugar lo ocupa otro portugués, Bruno Gama.
SALOMÃO TITULAR
DANIEL MÉNDEZ
Salomão debe ser titular Manu, es un jugador atípico en la plantilla blanquiazul. Rápido, desequilibrante. Junto a Valerón, el único capaz de ganar un partido en una acción personal. Lo demostró ya varias veces en el Dépor, con arrancadas desde el centro que acabaron en gol, como contra el Sabadell.
Además, es un chico joven que no puede ver frenada su progresión, debe estar siempre en el campo. En el banquillo está triste y no aporta lo mismo saliendo en la segunda parte como cuando lo hace de titular. Lo vimos la pasada jornada contra el Almería que apenas se mostró. Con Bruno, sin embargo, pasa lo contrario y dejó constancia de ello en Elche. Allí, con 2-0 en contra, dio un recital como revulsivo. ¡Si hasta tú lo pides! No lo dudes más, Salomão titular ya.
SALOMÃO SUPLENTE
MANUEL LAYA
El portugués ha demostrado más que valía para jugar en el Deportivo pero es un chaval muy eléctrico y acelerado en muchas jugadas, el extremo debe ser más pausado y levantar más la cabeza por el bien del equipo; sin duda su puesto debe ser para su compatriota Bruno Gama que le ha dado al conjunto de Oltra más pausa en el ataque y más frialdad en los últimos metros.
Gama además lee mejor las jugadas combinativas con Valerón y Guardado. La primera opción debe ser Bruno, la eficacia goleadora del equipo se ha visto incrementada con su estreno con el equipo, al menos 2 goles por partido (salvo su primer partido, en Murcia, en el que sólo jugó 5 minutos), y Salomão debe ser el revulsivo de oro del equipo, más imprevisible y directo para los partidos que se atasquen o el equipo juegue más a la contra y menos a dominar y tener la posesión.
TERMÓMETRO DE LA AFICIÓN:
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