La imagen ofrecida por el Deportivo, la participación de Haris Medunjanin o la ausencia de José Rodríguez o Wilk, entre otros temas de interés del análisis del encuentro entre gallegos y catalanes.
1. La derrota contra el Barcelona no por esperada es menos dolorosa. ¿De verdad hubo a algún deportivista al que le haya gustado la imagen de su equipo el domingo en Riazor? Blandos y poco contundentes ante rivales que te ningunean cada cinco minutos e indolentes y desganados en casos puntuales. Apenas un par de jugadores dieron síntomas de dignidad y amor propio. Y lo reconoció la afición. Solamente hay que comprobar los cánticos a Sidnei antes de que finalizase el encuentro. ¿Que es casi imposible ganarle al Barça de Messi? Eso lo sabemos todos. ¿Que se fuese a tirar el partido desde el minuto uno? Eso no lo esperábamos muchos.
2. Las formas le quitaban la razón a mi vecino de arriba en Riazor, sobre todo porque a veces era una incitación a la violencia en toda regla, pero sí es verdad que el Dépor necesitaba pierna dura ante un equipo de la magnitud del Barcelona que toca y toca a su antojo en tu propio campo. El partido requería intensidad, pasión, entusiasmo. Y me sorprendió que en el banquillo estuvieran los dos jugadores más intensos –Wilk y José Rodríguez– del centro del campo hacia delante. Si a estos equipos no les entras fuerte, acabarás toreado en cada acción.
3. Pero el Dépor es así. Le cuesta mucho enfrentarse a equipo que por calidad y por técnica son muy superiores a ellos. Sufrió mucho con el Real Madrid en Riazor, lo hizo también con el Barcelona y le pasó lo mismo ante el Sevilla o el Villarreal fuera de casa. También la primera parte contra el Celta en Balaídos, donde los de Berizzo pudieron ponerse con dos o tres goles de diferencia en la primera parte. Se sufre contra estos equipos porque no son capaces de ganarles en intensidad, a priori lo único en lo que debes y puedes aplastarles. ¿Acaso es normal recibir tan solo dos amarillas -Oriol y Toché- en 90 minutos cuando solo has tenido el balón el 32% de posesión?
4. Dejó, por tanto, Víctor Fernández en el banquillo a José Rodríguez para dar entrada a Cuenca y Medunjanin ocupó la posición de Fariña unos metros por delante de Álex Bergantiños y Juan Domínguez en la medular blanquiazul. Con el bosnio más arropado en un 4-3-3, se intentó que Haris buscase al espacio a Cuenca y a Cavaleiro para aprovechar algún contraataque, pero no los encontró en ninguna ocasión. La disposición inicial fue algo parecido a esto:
5. Haris Medunjanin y Sidnei Rechel. Cruz y cara de los fichajes del Deportivo. Uno vino como la incorporación más mediática del verano y el otro apareció sobre la bocina para hacerse con la titularidad. El domingo volvieron a demostrar lo distanciados que están el uno del otro en las preferencias de los aficionados. Y no sin razón. Ni las faltas las puso bien el bosnio. Tampoco Isaac Cuenca está rindiendo al nivel que se esperaba.
6. Se esperaba que el Dépor no le saliese a jugar de tú a tú como hizo hace unos meses frente al Real Madrid. Se esperaba y no se hizo. El conjunto blanquiazul aguardó en su campo a los genios blaugranas y basó su ataque en las jugadas de estrategia, ya fuesen faltas laterales o faltas en el centro del campo. La idea era que Medunjanin colgase los balones al área para que Sidnei y Lopo se mostrasen superiores a Piqué y Rakitic en el juego aéreo y creasen segundas jugadas. Ésa era la única forma de crearle peligro a un Barça que parece que va a empezar a coger velocidad de vuelo en los próximos meses. Messi, él solo, desniveló la contienda. En el primer gol, los deportivistas se avisaban unos a otros que Messi se iba acercando al área, pero al pequeño superdotado es imposible pararlo. Ni jugando con 15.
7. No me gustaron algunos detalles que le vi a ciertos jugadores blanquiazules con futbolistas del Barcelona. Hay que ser profesionales y saber que representas a un equipo, un escudo y una afición. No me parece adecuado pedir camisetas mientras el juego está en marcha o pedir disculpas en cuatro ocasiones porque al que le diste la patada es de quien quieres recibir la elástica. O soltarle un comentario a Messi y reíros ambos cuando este vuelve a su campo después de celebrar el segundo gol. Lo vi yo y lo vieron los otros veintipico mil que presenciaron el encuentro en el estadio. Y no nos gustó. Eso se hace en privado, en el vestuario, no en el campo.
8. La única nota positiva del partido fue el regreso de Lucas Pérez al verde. El coruñés saltó al terreno de juego con un aparatoso vendaje que irá yendo a menos de forma progresiva. Y lo que es más importante: no sintió dolor. Si el Deportivo recupera a Lucas para la segunda vuelta será sin duda el fichaje más determinante que se pueda hacer.