Pablo Insua partirá como primer central para Vázquez en el regreso del Deportivo a la Liga BBVA tras una campaña en la que su papel en el club ha cambiado radicalmente.
Es, quizás, la característica más importante que un futbolista tiene que poseer para dar el salto de aficionado a profesional. Son muchos los que se han quedado en el camino hacia su sueño por no tenerla, y también una cifra muy alta los que se han paseado por equipos de perfil medio-bajo a pesar de gozar de cualidades para convertirse en ídolos mundiales. Y es que la madurez no se aprende, va con el futbolista, y en el caso de Pablo Insua está tan arraigada que es difícil asimilar todo lo que ha logrado en una sola temporada.
Con tres escasas apariciones en el primer equipo en partido oficial a sus espaldas y con solo 19 años, el central de Arzúa inició la campaña 2013/2014 como la gran ‘perla’ a pulir de la cantera deportivista tras brillar con el Fabril. Para ello, Fernando Vázquez lo rodeó primero de la veteranía de Claudiano Bezerra ‘Kaká’, más tarde de la experiencia de un campeón del mundo como Carlos Marchena, y posteriormente de la de un futbolista reconocido y asentado en Primera División como Alberto Lopo. Insua, siempre humilde y tranquilo ante la confianza del técnico, aprendió de todos.
El exfabrilista debutó como titular con el primer equipo en la primera jornada de la Liga Adelante 2013/2014, en el Estadio de Gran Canaria y ante uno de los favoritos al ascenso, la UD Las Palmas. Rápido, muy bueno al corte e imperial por alto, su actuación fue brillante, y además marcó el tanto de la victoria deportivista. Un presagio inesperado de lo que iba a lograr en una sola temporada: Insua no solo aprendió de todos sus compañeros en el eje de la zaga, sino que fue mejor que ellos.
“Tiene un gran potencial y, si cuaja, en breve lo veremos en la selección española. Pero su futuro pasa por el presente, por que no se le vaya la cabeza por ningún lado”, dijo el propio Marchena a principios del campeonato, destacando la “madurez” de su compañero a pesar de su juventud. Es precisamente esa cualidad la que ha llevado al canterano herculino a apenas notar el salto de Tercera a Segunda División, y a ser, en su primera temporada con el primer equipo del Deportivo, el segundo jugador de la plantilla que más minutos disputó -3.464-, solo superado por Juan Domínguez -3.491-.
El techo de Insua parece muy alto, y la próxima temporada tendrá que afrontar un reto mucho más difícil que el anterior. Consolidado como uno de los grandes centrales del futuro en nuestro país y en el once ideal de la Liga Adelante 2013/2014, el de Arzúa será desde atrás uno de los líderes del nuevo proyecto del Deportivo en Primera División, a pesar de que hace tan solo un año a estas alturas disputaba con el Fabril la fase de ascenso a Segunda División B. Indiscutible para Vázquez, los centrales que vengan -y Lopo- lo harán, en principio, para jugar junto a él, un chico de tan solo 20 años que, gracias a su madurez, ha pasado de aprendiz a maestro en menos de un año.