“¡Final del partido en Mestalla! Velasco Carballo señala el camino de los vestuarios tras un buen partido en el que el Deportivo de La Coruña consiguió remontar un 3-1 al Valencia. De esta forma, los hombres de José Luis Oltra finalizan la segunda jornada como quintos, tras sumar cuatro de seis puntos posibles y con sus aficionados soñando con que en su regreso a Primera División podrá vivir una temporada tranquila”. O eso creían.
El Deportivo volvió a la máxima categoría del fútbol español tan solo una temporada después de descender, y lo hizo por la puerta grande, tras lograr el récord de puntos -91- y victorias -29- de toda la historia de Segunda División. Después de arrasar en una Liga Adelante que pareció quedarse pequeña, la secretaría técnica del conjunto blanquiazul trabajó duro durante todo el verano y, de la mano de Jorge Mendes, formó una plantilla completa, con dos jugadores por puesto -incluso tres- que, en teoría, y a pesar de tener muchos cedidos, tenía todas las papeletas para ser competitiva en la categoría de oro.
El técnico herculino dio continuidad al estilo de juego asociativo y de ataque que arrasó en el curso 2011/2012; y su equipo empezó bien. Un triunfo ante Osasuna en la primera jornada y un empate en Mestalla esperanzaron a una grada que en las primeras jornadas se emocionó con Nélson Oliveira, Abel Aguilar y Carlos Marchena, e incluso en algunos debates y tertulias se llegó a hablar de Europa debido al buen fútbol que realizaba el equipo.
Poco a poco, A Coruña se dio de bruces con la realidad y llegaron muchos empates, varias derrotas y las primeras críticas. La filosofía de Oltra funcionó en ataque, pero hizo aguas en defensa, un aspecto vital para mantener la categoría en cualquier entidad de la zona media-baja de la tabla. Los coruñeses no ganaron hasta nueve fechas después de su triunfo en la jornada inaugural, fue ante el Mallorca en la que, hasta el momento, es la última victoria de la temporada. Las lesiones, la mala suerte y los problemas económicos pesaron en el irregular rendimiento deportivo, y el conjunto blanquiazul terminó el año 2012 con el pésimo balance de dos triunfos, seis empates y nueve derrotas.
Sin duda, el regreso a la élite fue más complicado de lo esperado. El preparador valenciano dio con la tecla en los primeros partidos, pero la falta de acierto ante la meta rival -un error remediable en Segunda el elevado número de ocasiones del que gozaban los coruñeses- provocó que los errores puntuales en defensa se pagasen muy caros en una división en la que a la mayoría de equipos les basta con una o dos oportunidades para hacer daño. Los malos resultados y la presión mediática propiciaron que Oltra incluso se cuestionase su inquebrantable idea de fútbol y probase a introducir, en los dos últimos encuentros del año ante el Valladolid y el Espanyol, una formación y un once más sólidos, sin tanta ambición ofensiva pero sí con mayor seguridad atrás. Tampoco funcionó, y el técnico de 43 años fue destituído en favor de Domingos Paciência, del que se espera que brinde al once un mayor equilibrio.
De esta forma, el Deportivo terminó diciembre de 2012 como último clasificado de la Liga BBVA, una situación que no impide que el balance del año pasado sea positivo por todas las alegrías vividas en la Liga Adelante. A pesar de todo, el club y la ciudad que soñaron con dar “un paso atrás para luego dar dos hacia delante”, que imaginaron que su equipo volvería a intimidar a corto plazo a cualquier conjunto de Primera y que se ilusionaron con una plantilla prometedora afrontaron el fin de año con la resignación de saber que todavía queda mucho para volver a ver un ‘Super Dépor’, con el conocimiento de que habrá que sufrir lo indecible para lograr la permanencia y, sobre todo, con la certeza de que la diferencia de nivel que hay entre la división de plata -donde reinaron con muchísima autoridad- y la máxima categoría -donde sufrieron y sufren- es abismal.
Ahora nadie duda el camino hacia el objetivo será duro, sobre todo para un conjunto que todavía parece no haberse adaptado al cambio de categoría. Sin embargo, el sentimiento del deportivismo es uno de los pocos aspectos que no han cambiado con el ascenso, y la “unión” y el “compromiso”, dos de las constantes desde la temporada pasada, pueden con todo.
Jorge García