El Deportivo visita este domingo el Madrigal obligado a puntuar ante un Villarreal sin presión, aunque sobre el papel superior. Los de Marcelino Garcia Toral, con la clasificación para Champions lograda el pasado fin de semana ante el Valencia (0-2), jugarán sin urgencias un partido que es vital para los blanquiazules. Una circunstancia que no es ajena al Deportivo, que ya sabe lo que es jugarse el todo por el todo ante un adversario libre de objetivos y conseguir sumar al final.
Ocurrió la temporada pasada. En un agónico partido para los coruñeses ante un Barcelona campeón de Liga y que tenía preparado un homenaje a Xavi Hernández, los futbolistas dirigidos por Víctor Sánchez del Amo conseguían empatar un 2-0 y lograban la permanencia en la última jornada liguera. Otro ejemplo en esa misma campaña fue el punto de casta conseguido ante el Athletic de Bilbao, en un duelo que los coruñeses habían merecido ganar en La Catedral, de no ser por un gol mal anulado a Álex Bergantiños por parte de Gil Manzano.
Este año el Deportivo ya sabe lo que es puntuar en campos, a priori, complicados. La última vez fue en el Sánchez Pizjuán el pasado 17 de abril ante el Sevilla (1-1), un punto que supo a victoria. Un empate después del descalabro ante Las Palmas (1-3), que volvía a poner de manifiesto que los blanquiazules son capaces de puntuar en las ocasiones más adversas. Además, en la gloriosa primera vuelta del Dépor, éste repetiría resultado de la pasada campaña (2-2) en el estadio azulgrana. Toca apelar ahora al espíritu del Camp Nou.