El Deportivo de Víctor Sánchez del Amo se había caracterizado este curso por ser un equipo rocoso y muy difícil de meterle mano. Germán Lux, portero blanquiazul, era con diferencia el guardameta que menos disparos recibía en toda la liga gracias al incontestable entramado defensivo organizado por el técnico madrileño. El Dépor dio que hablar por su seguridad atrás. Equipos como el Barcelona, el Athletic, el Atlético, el Valencia o el Sevilla habían podido marcarle, pero no ganarle. Otros, como el Celta de Vigo, con un gran arsenal ofensivo, ni siquiera pudieron hacerle gol. Esa seriedad atrás, unido al buen fútbol que por momentos realizó el conjunto herculino y al acierto goleador de Lucas Pérez, hicieron que en la primera vuelta acabase a tan solo tres puntos de Europa con un total de 27 puntos.
Pero esa seguridad defensiva se ha venido abajo en los últimos dos encuentros. Si el Dépor había recibido 21 goles en los primeros 21 partidos oficiales de la temporada (contando la eliminatoria contra la Llagostera y el partido de ida contra el Mirandés en Anduva), en los dos últimos recibió ocho. Cinco fueron en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid y tres contra el Mirandés en Riazor, encuentro que determinó la eliminación del club coruñés de la competición copera. Dolorosa especialmente esta última por ser un torneo en el que tenían depositadas muchas ilusiones.
Víctor tendrá que ajustar las piezas para que el equipo recupere esa solidez que le caracterizó hasta hace una semana y poder seguir sumando puntos que le acerquen al objetivo de la salvación. El siguiente escollo es la Real Sociedad de Eusebio Sacristán y para ello Víctor no podrá contar con uno de sus pilares defensivos, Alejandro Arribas, sancionado por acumulación de amonestaciones.