El conjunto herculino ha marcado la trayectoria de numerosos exjugadores del club que, de una manera u otra, han mostrado su interés en participar en el nuevo proyecto deportivista.
A Coruña y el Deportivo dejan huella. Esa es la sensación que dejan las declaraciones de varios futbolistas que han pasado en los últimos años por la disciplina blanquiazul. Lejos de vivir su mejor momento a nivel económico, la entidad comandada por Tino Fernández sigue siendo, sin embargo, un lugar atractivo para muchos jugadores entre los que también se encuentran antiguos integrantes de la plantilla.
La vuelta de Fabricio Agosto, gestada durante el pasado verano, dio continuidad a una tendencia que encontró recientemente en Xisco Jiménez a uno de sus principales exponentes. El punta oriundo de Santa Ponça, criado en la cantera deportivista, retornó a A Coruña hasta en dos ocasiones más para enfundarse la zamarra blanquiazul tras su marcha al Newcastle en los últimos compases del mercado veraniego del año 2008.
Sin embargo, no fue el único jugador que se mostró receptivo a participar en los proyectos del club en el último lustro. Otros futbolistas como Diogo Salomão, Alberto Lopo, Ángel Javier Arizmendi o Carlos Marchena aceptaron de buen grado el reto de devolver al Deportivo a Primera División tras haber pasado previamente por tierras coruñesas. En el caso del habilidoso jugador luso, este particular idilio con la ciudad gallega le llevó a perpetuar casi de forma consecutiva su peculiar rosario de cesiones por tercera vez en el pasado periodo invernal de fichajes.
Pese a que las estrecheces financieras limitan desde tiempo atrás los parámetros de crecimiento del Deportivo, parece que el conjunto herculino no ha perdido ese ambiente familiar que, a menudo, sorprendía a los recién llegados al vestuario. El mismo que motivó que en las últimas semanas se sucediesen en diversos medios declaraciones de jugadores como Diego Ifrán o Ibrahim Sissoko abriendo la puerta a continuar en A Coruña su trayectoria profesional. También de antiguos iconos de la época dorada del club, como Lionel Scaloni –ahora en el Atalanta de Bérgamo- y uno de los héroes del penúltimo ascenso a la máxima categoría, Borja Fernández. La predisposición mostrada por varios de ellos representa un caso extraño y, a la vez, agradable, en la historia reciente del club.