Desde el primer duelo en 1940, el cuadro ‘txuri urdin’ se ha visto las caras con los blanquiazules en 35 ocasiones con un bagaje de 18 victorias a favor por 11 de los gallegos. La última victoria deportivista fue a las órdenes de Joaquín Caparrós en 2007.
Decía Jabo Irureta hace ya una década que “de las estadísticas no se vive”. Sin embargo, nunca está de más tenerlas a mano para ser más precavidos o más ambiciosos. El partido que se vivirá este domingo en Anoeta será escenario de un choque entre conjuntos que han firmado trayectorias similares en las tres últimas jornadas aunque con diferentes realidades.
Tanto vascos como gallegos, han firmado una victoria, un empate y una derrota; aunque los visitantes llegan crecidos tras destilar un juego fluido y de líneas más compactas con el debut de Domingos Paciência en el banquillo. Por su parte, los de Philippe Montanier regresan a casa con el orgullo intacto, tras caer en el Santiago Bernabeu luego de poner contra las cuerdas a los blancos con tres goles de Xabi Prieto.
Cogiendo la máquina del tiempo, vemos como los donostiarras han sido capaces de derrotar a los blanquiazules en 18 ocasiones, mientras que el Deportivo lo consiguió en 11. Las tablas se firmaron en seis partidos, aunque nunca con el marcador sin estrenar. El mítico estadio de Atocha fue el primero en presenciar un Real Sociedad-Deportivo en 1940, donde los guipuzcoanos lograron imponerse por un 4–2 que a la postre les serviría para regresar a Primera División.
Con la entrada del nuevo milenio, los coruñeses solo pudieron hacerse con la victoria en dos partidos, si bien es cierto que los locales pasaron tres temporadas en la División de Plata por una de los gallegos. El último precedente fue un contundente 3-0 en el año del descenso, donde los goles de Llorente, Griezmann y Agirretxe dejaron sin opciones al cuadro de un Lotina que hacía debutar a David Rochela en el centro del campo.
La última victoria de los deportivistas en Anoeta fue en febrero de 2007, en la que un solitario gol de Javier Arizmendi daba los tres puntos a los de Joaquín Caparrós. Un once dispuesto en Donostia del que ya no queda nadie en la disciplina blanquiazul, ya que ni Manuel Pablo ni Valerón gozaron de minutos aquel partido. Quizás esto sea señal de que, como dice una de las máximas del fútbol, “las estadísticas son solo números”.