El polaco, que termina contrato el 30 de junio, apenas ha gozado de confianza en las dos temporadas que ha vestido la camiseta blanquiazul.
¿Qué pasa con Cezary Wilk? Esa es la pregunta que muchos deportivistas se han hecho durante los últimos años, prácticamente desde que aterrizó en A Coruña en el verano del 2013. Ahora, tras dos campañas en las que no ha contado con demasiados minutos, el futuro del polaco es totalmente incierto, ya que termina contrato el 30 de junio.
El caso del de Varsovia es, cuanto menos, curioso. Idolatrado por la afición herculina debido a sus buenas actuaciones casi siempre que ha jugado, no ha sido, sin embargo, un futbolista tan del agrado de los entrenadores que ha tenido en el Deportivo. O al menos no tanto como otros compañeros en su misma posición.
En las dos temporadas que ha vestido de blanquiazul, Wilk no llegó en ninguna a los 1.500 minutos. En la 2013/2014 jugó 20 partidos (19 de Liga y uno de copa), mientras que el pasado curso participó en 12 (11 de Liga y uno de Copa), a pesar de ser casi siempre uno de los mejores sobre el verde cuando le tocó entrar.
Sin suerte
El horizonte que se le presenta al polaco en el Deportivo este verano no es optimista. Cuando Víctor Sánchez del Amo sustituyó a Víctor Fernández, Wilk ya había sufrido la lesión en un dedo del pie derecho que lo obligó a perderse lo que quedaba de temporada desde el mes de marzo.
Es decir, que el medio centro no tuvo la oportunidad de mostrarse ante su nuevo entrenador, una situación que seguro influirá en el técnico madrileño a la hora de decidir junto a la directiva si se debe renovar o no el contrato del centrocampista. Pronto tendremos noticias.