El Fabril vio marchar a Tito Ramallo después de tantos años en el banquillo herculino y también llegó la gran oportunidad de José Luis Devesa, que ha llevado al equipo a los puestos de promoción de ascenso tras un inicio de temporada dubitativo.
Cambiar de entrenador nunca es fácil, y más cuando hace 11 años que no se vive esa situación. Tito Ramallo dio por terminada su etapa en el Deportivo B al no lograr el ascenso a Segunda División B y llegó a un acuerdo con el club para finalizar este productivo ciclo, en el que su mayor éxito fue disputar una fase de ascenso a Segunda División. La 2011/2012 no resultó ser una temporada nada fácil y al final no ocurrió el milagro, por lo que los herculinos se tuvieron que conformar con el sexto puesto.
José Luis Devesa fue el elegido para ser el nuevo inquilino del banquillo blanquiazul y hasta el momento está cumpliendo el objetivo. Consigo también se produjo un importante cambio en el estilo de juego que venía siendo habitual en las últimas temporadas y que poco a poco ha implantado. El preparador deportivista ha apostado por un juego más combinativo y de elaboración lenta desde atrás, lo que contrasta con el fútbol más directo.
Ha logrado meter al conjunto coruñés entre los cuatro primeros clasificados con 33 puntos en su casillero, aunque está a 13 del Racing de Ferrol, líder indiscutible de la categoría. Sin embargo, no ha sido una tarea nada sencilla. Los comienzos nunca son fáciles y el equipo tardó bastantes semanas en encontrar la tecla para ganar y convencer. La temporada empezó con un prometedor empate ante el Celta B y una victoria ante el Barbadás. Pero ante el Bergantiños y el Ordes se vieron las carencias de un Fabril que no generaba peligro.
Con estos dos avisos en mente, los canteranos buscaron su mejor versión hasta llegar a su mejor momento, con una racha en la que solo ha perdido un partido en las últimas ocho jornadas. Precisamente, la mayor goleada tuvo lugar a principios de diciembre. Fue ante el Negreira, donde vencieron de forma contundente por 5-0.
Los coruñeses han convertido Abegondo en un auténtico fortín, en el que han obtenido siete victorias, un empate y una derrota. Un balance muy positivo del que se han nutrido para asentarse en la zona alta de la tabla. Pero, la asignatura pendiente del Fabril son sus encuentros fuera de casa, en los cuales solo ha cosechado tres triunfos en nueve compromisos. Un rendimiento negativo que ha lastrado a la joven plantilla de Devesa.
Otra de las claves de la mejoría ha sido la vuelta de Luis Fernández a los terrenos de juego. El joven delantero superó la rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha que le mantuvo de baja durante casi nueve meses y desde entonces se ha hecho un hueco en el once titular para convertirse en el máximo goleador del equipo con seis tantos. Luis ha cubierto un vacío en el ataque, ya que Devesa prefirió apostar por adelantar a centrocampistas como Manuel Romay o Juan Carlos Real como alternativa.
Así, el Fabril salió adelante tras la marcha de Tito Ramallo y con este nuevo estilo de juego ha logrado colarse en las posiciones de arriba. Solo quedan 20 jornadas -una para completar la primera vuelta- para conocer si el filial herculino tiene la opción de jugar la ansiada fase de ascenso.
Iván Aguiar