Los cambios de ciclo nunca son fáciles para nadie. El Fabril tenía que seguir adelante tras la marcha de Tito Ramallo, que dirigió al filial durante 11 años, y el que recogió el testigo fue José Luis Devesa, un entrenador que conoce perfectamente las entrañas de la cantera blanquiazul. Con él, el club apostó por una relativa veteranía a la hora de reforzar el equipo, aunque también hubo sitio para apostar por una joven promesa como Paulo Teles.
La aportación de los refuerzos fue dispar. Algunos, como Sidibé y Romay, se hicieron un hueco en el once titular rápidamente y fueron claves para que el Deportivo ‘B’ se clasificase para la promoción de ascenso. Pero no todos gozaron de la misma suerte. Abegondo apenas pudo ver a futbolistas como Marcos Caridad o Ricky, que entre los dos no fueron capaces de disputar ni diez partidos en toda la temporada.
Ricardo Alonso ‘Ricky’
Sin suerte y sin oportunidades. A la sombra de Marc Martínez, Ricky solo pudo esperar su turno en el banquillo. Únicamente disputó dos encuentros en toda la campaña. Uno en la primera vuelta ante el Cerceda, ya que el guardameta catalán estuvo convocado con el primer equipo, y otro contra el Pontevedra, cuando los coruñeses únicamente se jugaban el tercer o el cuarto puesto.
Marcos Caridad
Su regreso a casa no fue el esperado. Por el camino vio como Roberto Suárez Pier ‘Róber’, un central en edad juvenil, le ganaba la partida y se convirtía en el tercer central para José Luis Devesa. Sin embargo, Caridad cobró protagonismo, sobre todo, en la fase de ascenso, en la cual fue titular en la encerrona ante El Palo, además de salir de inicio en el partido de vuelta ante el Tuilla.
Iván González
Un lateral derecho que llegó procedente del Real Madrid ‘C’ y que tuvo bastantes minutos a lo largo de toda la temporada. A pesar de todo, nunca llegó a convencer del todo al técnico herculino, que al final se decantó por retrasar la posición de Diego Vela hasta el carrilero. Precisamente, Iván fue el primero en anunciar que abandonaba el Fabril este verano.
Oumar Sidibé
Después de Marc Martínez, fue el que más veces estuvo en el once titular. El de Burkina Faso llegó procedente del Pontevedra, y apenas tardó en ganarse el puesto. Fue la pareja de baile de Teles, aunque Sidibé tenía que realizar la oscura labor de destruir el fútbol ofensivo de los contrarios. Con el paso de las jornadas, mejoró hasta convertirse en uno de los candidatos para realizar la pretemporada con el primer equipo.
Paulo Teles
Recaló en A Coruña tras una dura negociación con el Benfica. Estuvo a prueba durante sus primeros días con el club, aunque enseguida convenció a José Luis Devesa para que contase con él. Además, en la entidad coruñesa se dieron cuenta pronto de que tenían una joya en bruto, y lo ataron hasta 2019. Teles fue el motor del equipo en el centro del campo y dio muestras de su calidad en muchas ocasiones. La única pega a su año, quizá, fueron las lesiones, que le mermaron más de lo esperado durante los últimos meses de competición.
Jorge Cano
De más a menos, así fue el primer año de Jorge Cano en el Deportivo ‘B’. Venía de jugar en Segunda División B con el Montañeros, pero las buenas actuaciones de Víctor Díaz le acabaron relegando al banquillo. Posiblemente, fue un jugador con experiencia que el preparador deportivista no aprovechó lo suficiente. A pesar de que participó en 34 encuentros, solo fue titular en 17.
Manuel Romay
Es el otro mago del Fabril. Romay vivió un año muy bueno en el filial del Deportivo tras dejar atrás el Montañeros, al igual que su compañero Jorge Cano. El de Malpica, hombre clave en las alineaciones, fue el gran comodín de Devesa para el ataque, pues jugó de falso nueve, en la banda, en la mediapunta y también llegó a hacerlo en el centro del campo, junto a Sidibé. Un jugador que, a base de calidad, se ganó merecidamente la titularidad.
Iván Aguiar