La temporada 2011-2012 fue sin duda una de las mejores de la historia del Deportivo. A pesar de todo, hubo un aspecto casi siempre necesario para lograr los objetivos que no respetó al conjunto herculino, sobre todo en el primer tramo de campeonato: las lesiones.
De entrada, la plantilla dirigida por José Luis Oltra encaró el inicio de curso con las ausencias de Borja Fernández, que llegó del Getafe con un problema en el pubis, y de Bruno Gama, que se ‘rompió’ en el Teresa Herrera ante el Sevilla. La del portugués, titular en casi toda la pretemporada, fue la baja más importante.
Al extremo y al medio centro no tardaron en sumarse Xisco -con molestias durante casi toda la campaña- y Riki, cuyo adductor derecho dijo “basta” en hasta cuatro ocasiones a lo largo de todo el campeonato. Los dos delanteros se lesionaron en la segunda jornada, frente el Hércules, dejando a Lassad como único ‘punta’.
Los fantasmas de años anteriores volvían a rondar la enfermería herculina y Oltra no era capaz de dar respuesta a un tema en el que culpaba a “la mala suerte”. No se equivocó el míster ya que con el paso de los partidos todo pareció mejorar sin ningún tipo de explicación, aunque las lesiones nunca terminaron de abandonar al conjunto blanquiazul.
Borja, Bruno Gama y Riki regresaron para igualar el récord de victorias de la entidad deportivista y alcanzar -en la primera vuelta ante el Huesca- un liderato del que ya nadie movería a los coruñeses. Mientras, Zé Castro tuvo que recuperar poco a poco el ritmo de competición y prácticamente no acabó ninguno de sus primeros partidos como titular.
El gran mazazo en forma de lesión llegó a mediados de marzo, cuando Jesús Vázquez se rompió el peroné tras chocar con Marc Martínez en un entrenamiento. El andaluz se retiró en camilla de los campos de Abegondo a sabiendas de que se perdería lo que restaba de curso.
En el último tramo de campeonato, las fuerzas comenzaron a fallar e incluso Dani Aranzubia, que tuvo problemas en la cadera, y Andrés Guardado, que sufrió una sobrecarga, se perdieron algún choque por lesión. Diogo Salomao, por su parte, no pudo disputar los últimos dos meses de competición debido a una rotura de fibras en la cadera.
Tras una temporada muy complicada, Xisco recuperó su mejor tono físico en las últimas fechas de la Liga Adelante, lo que le sirvió para marcar los dos goles decisivos -en Tarragona y en Riazor ante el Huesca- que sellaron el ascenso de los gallegos.
“Solo pido que nos respeten las lesiones”, aseguraba Oltra al inicio de la temporada. Por desgracia, el deseo del valenciano se cumplió a medias, aunque ni las bajas ni ningún elemento externo pudo frenar el camino triunfal del Deportivo hacia Primera División.
Jorge García