El Deportivo realizó un fútbol de muchos kilates en la primera parte que no le sirvió para sentenciar el partido. Después, y tras un psicológico tanto de Campano, se temió por el resultado.
La primera parte fue de ensueño, con un Dépor muy dominador en todas las facetas del juego y con un Xerez agazapado en su área sin fuerza ni posibilidades de salir de su propio campo. Pronto había llegado el gol de la tranquilidad, en propia puerta después de una bonita triangulación en la línea de tres cuartos. Ese gol permitió al Deportivo desplegar el fútbol asociativo que gusta en Riazor. Toques, paredes, regates y muchas, muchas oportunidades de gol. No obstante, solo una más entró en la portería del Xerez, las otras las debarató o bien Doblas o alguno de sus palos, o incluso el linier que anuló un tanto legal a Lassad.
Toda esa poesía, todo ese fútbol en estado puro se diluyó a un minuto del descanso. Domínguez, que había hecho un sensacional trabajo, realizó una mano infantil en el borde del área que Campano introdujo en la red. Y con 2-1 se llegó al descanso. Un resultado extremadamente injusto para lo que se había visto sobre el campo.
La segunda mitad fue aburrida, soporífera, solamente animada por un público que no dejó de animar ni un segundo. El Xerez, que por momentos se creyó que podía empatar, se quedó con un jugador menos tras la expulsión de Capdevila. No amilanó esa situación al conjunto andaluz que a través de José Mari creó cierto peligro sobre la portería de Aranzubia, nervioso en la tarde de ayer. Permuta a permuta José Luis Oltra le dio estabilidad a su equipo pero no sacó al público esa sensación de desconcierto al llevar únicamente un tanto de ventaja.
UNO POR UNO:
Aranzubia: 4. Dio erróneamente un pasito a la izquierda en el disparo de Campano que terminó en gol. Después pudo acabar expulsado al meterse en un rifirrafe innecesario.
Laure: 6. Batallador, como siempre, en defensa y en ataque. Sufrió, sin embargo, en alguna jugada concreta con Capdevila y con José Mari.
Colotto: 7. Veterano. El central argentino aportó solidez a una zaga cada vez más compenetrada.
Zé Castro: 7. Destruyó el juego del Xerez y empezó el del Deportivo. Gran partido del central portugués que lo pudo coronar con un cabezazo que se estrelló en el larguero.
Ayoze: 7. Su mejor partido desde que es jugador deportivista. Serio en defensa, no se complicó con el balón y estuvo cerca de marcar un gol.
Bergantiños: 6. Sólido y sin fisuras, el canterano manda cada vez más en este Dépor. Con la entrada de Borja perdió su dominio en la medular.
Domínguez: 7. Sideral en su papel de recuperador y de distribuidor, ya se siente uno más del grupo. Ayer, más que nunca, expeditivo en el cruce. Asistió a Guardado en el segundo gol.
Bruno Gama: 6. Activo en el frente de ataque, de sus botas surgió el primer gol local. Le sobra el último regate en la mayoría de las acciones, pero aún así salió ovacionado por su habilidad con el balón.
Valerón: 5. Durante la primera parte el buen fútbol pasó siempre -o casi siempre- por sus botas. En la segunda, bajó su rendimiento, como todo el equipo. Falló un gol cantado después de un error de la zaga visitante.
Lassad: 5. Trabajo y asociación con sus compañeros de la línea de tres. Aunque no marcó ayudó a su equipo a conseguir la victoria.
Riki: 5. Poco que destacar del delantero madrileño, que apenas tuvo opción de crear peligro a pesar de jugar cerca de media hora.
Borja: 5. Se situó en el centro del campo, un poco por detrás de Bergantiños y dos pasos por delante de los centrales, y fue capital para aportar serenidad al juego del equipo.
Pablo Álvarez: s.c. Saltó al campo para darle descanso a un exhausto Bruno Gama.
EL MEJOR:
Guardado: 8. El mejor, como casi siempre. El internacional mexicano apenas falló pases, centros o disparos. Marcó un nuevo gol y ya es el máximo goleador del equipo en la competición regular.
LAS CLAVES:
Feudo blanquiazul. El Deportivo sigue demostrando que en casa es una apisonadora. Primera parte para enmarcar de los de Oltra, llevados en volandas por la gran cantidad de público que se dio cita en Riazor.
Segunda mitad con cierto miedo. El gol de Campano al filo del descanso desmoralizó a un equipo que había dominado a su antojo a un rival desarmado. Hasta con 10 se escuchó el runrún en Riazor.
LO MEJOR:
Juego de equipo. El Dépor ha pasado de ganar los partidos por detalles individuales a hacerlo por un fluido juego de equipo. El equipo con la pelota ya sabe qué hacer.
Parejas que se entienden. Bergantiños y Domínguez se compenetran a la perfección en la sala de máquinas del equipo, Colotto y Zé Castro un poco más atrás y también Guardado y Bruno Gama, cambiándose constantemente de banda.
LO PEOR:
No matar el partido. Le sigue costando al equipo gallego cerrar los encuentros, a pesar de pasar por encima del conjunto rival. La primera parte de ayer fue para llevarse una ventaja de como mínimo tres goles y fue solamente de uno.
*Nota informativa: Las puntuaciones numéricas de los jugadores están hechas a partir de una media entre los integrantes de Riazor.org.