Alfonso Núñez nos trae un nuevo artículo en su sección «El Dépor desde la tele». En esta ocasión, analiza el último partido del Deportivo que cayó derrotado a domicilio ante el Alcoyano.
La derrota del Depor en Alcoy obliga a una profunda reflexión. ¿Qué le pasa al equipo? ¿Por qué cambia tanto la versión que ofrece en Riazor a la que muestra fuera de casa? Y, quizá, la pregunta más importante, ¿es un problema de actitud o de aptitud?
Parto de la base que la plaga de lesiones ha mermado el rendimiento de un equipo que no puede caer derrotado en Alcoy, ofreciendo una imagen tan pobre. La ausencia de gente como Manuel Pablo, Bruno, Xisco o Guardado, convocado por su selección, convierte al Depor en un rival vulgar lejos de Riazor. También preocupa la falta de liderazgo existente en el centro del campo. Jesús Vázquez no termina de cuajar y Oltra no consigue aún subsanar las carencias existentes.
El deportivismo se encomienda a Valerón en los partidos de casa; pero cuando el equipo no encuentra al canario, las prestaciones colectivas disminuyen de manera alarmante. En Barcelona se ganó, pero la segunda mitad se convirtió en un aviso serio de lo que le espera al Depor. Alcorcón abrió una herida que Alcoy agudizó.
Las victorias en casa sirven para mantener una posición más o menos cómoda en la tabla y no perder de vista laos puestos de playoff directo. Pero esto no es suficiente para un equipo que debe dar otra imagen fuera de casa.
El rostro de Oltra en el Collao refleja la preocupación de un técnico que no termina de afinar la orquesta blanquiazul. El problema es, que partidos, como el de Alcorcón o el de Alcoy, calan en una afición que no ve plasmada sobre el césped todo lo que ella aporta al equipo. Si el equipo tiene bajas, el técnico debe tirar del Fabril. El hecho de que el equipo esté en Segunda permite que el santo de categoría no sea tan acusado como antaño.
No es momento para que el pesimismo se adueñe de todos nosotros, pero la reacción debe ser inmediata. La psicología juega cada vez un papel más importante en el fútbol, y el Depor no puede acostumbrarse a perder partidos ofreciendo esa pobre imagen. La autoexigencia debe ser máxima. El miércoles llega el Alcoyano a Riazor y estoy convencido de que la actitud será muy diferente a la del pasado sábado.
Con estos argumentos cada uno es libre para juzgar, ¿actitud o aptitud?