Para unos es Lucas Pérez y para otros es Pedro Mosquera. Para unos Juan Carlos Valerón y para otros Mauro Silva. Para unos es Fran y para otros es Liaño. Los deportivistas tienen a diferentes iconos futbolísticos. Suelen ser los mejores, los que más se identifican con el club o los que más han triunfado. Para Pedro, un lector de esta web, su ídolo es Changui. Vive en León, se desplazó a verlo a Barbadás y escribió un texto que quiere compartir con todos nosotros. La historia es para leerla. La compartimos íntegra.
Para mucha gente su ídolo será Leo Messi, para otros Cristiano Ronaldo, para los amantes de otros deportes puede ser Michael Jordan, pero para mí, mi ídolo también tiene nombre y apellidos: Marcos Yañez Fernández, más conocido como Changui. Actual jugador de Tercera División, en el humilde Ribadumia de Pontevedra, donde a pesar de sus recién 39 años no ha perdido ese olfato goleador que siempre le ha caracterizado.
Ya desde sus inicios en el Compostela me llamó la atención. Posteriormente, tras fichar por el Deportivo de La Coruña en el año 2000 y ser de los pocos gallegos en la plantilla y contando con escasos minutos se convirtió poco a poco en mi ídolo, en alguien con quien me sentía identificado.
Hace unos domingos me desplacé 300 km. -desde León a Barbadás (Ourense)- para verle en vivo y en directo, y la verdad, es que no me defraudó, ni sobre el terreno de juego ni como persona. Era un día importante para mí, de esos días que madrugar no te cuesta tanto, porque sabes que va a ser un día especial, de los que no vas a olvidar nunca.
Tras dar una vuelta por Ourense y disfrutar de la gastronomía gallega me encaminé hacia el sur, al Concello de Barbadás. Ya sentado en la grada, empecé a tener los primeros nervios de la tarde. La gente iba entrando poco a poco, hasta llegar a alcanzar el lleno en el graderío (500 espectadores). Había una lluvia fina, donde a ratos salía un intenso sol y bonito paisaje con el arco iris presente. Tarde bonita la que hacía presagiar.
Tras el calentamiento empezó el partido, sin ocasiones hasta que en el minuto 25 Changui abrió la lata. Y justo antes del descanso, trallazo de nuevo en la que el portero nada puede hacer a pesar de su estirada. Ya con el partido encarrilado, sobre el minuto 60 tercera diana en su cuenta particular, hattrick. A pesar del resultado, Changui no paraba de hablar con sus compañeros, de hacer indicaciones, de dar ánimos, de echar la bronca si hacía falta… por algo es el capitán del equipo.
Tras finalizar el partido, aún no podía marcharme de allí sin conocerle, que en verdad, era para lo que había ido. Tras una larga espera viendo como salían casi todos los compañeros del Ribadumia, al fín salió él, hablando con otro del equipo.
Le dije si tenía un minuto para atenderme, lo primero que le dije es que era mi ídolo, que había venido desde León para verle, también que mis amigos me llaman Changui por él. Fue entonces cuando saqué la camiseta del Dépor con el nombre detrás de CHANGUI. Exclamó un “¡hostia, que bueno!”, extrañándose posiblemente de que pudiera ser ídolo de alguien. Nos hicimos una foto y le dí la enhorabuena por su hattrick.
Quedaba camino de vuelta, pero con la satisfacción de haberle conocido, de haber cumplido mi objetivo, de saber que todo salió bien. Me queda el amargo recuerdo de no haberle pedido su camiseta, aunque me consuela que aun le quedan muchos años de fútbol, sea como jugador o seguramente como entrenador, puesto que tiene alma de líder. Nos seguiremos viendo en este camino llamado fútbol -real-.
Por supuesto, que siendo seguidor del Deportivo de la Coruña, actualmente me gusta Lucas Pérez, como en su día me gusto Djalminha, el mago Valerón, Dieguito Tristán, u otros no tan famosos como Lionel Scaloni, o Walter “El Rifle” Pandiani. Pero sin duda, CHANGUI es mi ídolo.
GRACIAS CHANGUI!!