El técnico del Celta de Vigo saca pecho tras la victoria de su equipo en Valladolid y la derrota del Deportivo en tierras malagueñas. Sus palabras incendian la zona de descenso.
Abel Resino la lió anoche en la sala de prensa del Nuevo José Zorrilla. Si la zona baja de la clasificación a falta de una jornada no era suficientemente caliente, sus declaraciones tras el partido del Celta de Vigo contra el Valladolid incendian todavía más cuatro ciudades que se juegan la vida. Zaragoza, Mallorca, Vigo y A Coruña. Cuatro ciudades y una plaza. Solo una plaza. Resino se mostró feliz por llegar a la última jornada con opciones de salvación. «Nadie daba nada por nosotros, y el equipo y nosotros queríamos llegar a la última jornada con opciones y ante nuestra afición, aunque no dependamos de nosotros mismos», expresó.
Y no dependen de ellos mismos porque tienen por encima de ellos al eterno enemigo, el R.C. Deportivo, que perdió su enfrentamiento contra el Málaga y se metió en más problemas de lo esperado. El Dépor se enfrenta en Riazor en la última jornada a la Real Sociedad, equipo que se juega la Champions League y que necesita ganar. El Celta recibe en Balaídos al Espanyol de Barcelona, club que ya ha cumplido sus deberes hace varias fechas.
Por tanto, las palabras de Resino toman un cariz especial. Esa plaza que da la salvaciónn la desean todos, aunque parecía que nadie se atrevería a señalar con el dedo a sus enemigos. Abel lo ha hecho. «Le deseo lo mejor al Dépor… en Segunda». Por la boca muere el pez.