Alfonso Núñez analiza en su columna semanal el inicio de la carrera electoral deportivista, con el temor en el horizonte de vivir un caso similar al que padeció el Rayo Vallecano.
La idea de unas elecciones para la presidencia del club despierta en mi cabeza sensaciones antagónicas. Por una parte, creo que es necesario abrir un proceso electoral pero, por otra, me aterra pensar en la llegada de alguien que pueda resultar nocivo para los intereses del club.
Hace algunos años, mientras desarrollaba mi labor periodística en la radio autonómica de Madrid, viví de cerca un episodio que muestra algunas similitudes con éste. Se trataba del futuro del Rayo Vallecano, club presidido durante mucho tiempo por la familia Ruiz Mateos. Esa gestión alternó notables éxitos deportivos para un equipo de barrio con el hundimiento económico. Los Ruiz Mateos pasaron de ser héroes en Vallecas a personas non gratas. Las protestas fueron en aumento y, tras una gran presión, se procedió a la venta del club. Ahí aterrizó Raúl Martín Presa, un individuo desconocido para todo el mundo que se hizo cargo del conjunto franjirrojo. En apenas tres años, el nuevo presidente ha mantenido frentes abiertos en todas las direcciones y el club vive un momento nefasto e incluso peor que el anterior, institucionalmente hablando.
Estableciendo algunas similitudes con lo que nos toca vivir estos días, creo que el deportivismo se enfrenta a una de las decisiones más importante de su historia. ¿Debe seguir Lendoiro? ¿Convencerá Paco Zas a la masa social de que su proyecto es serio y no busca el lucro personal? Esos son algunas interrogantes que se abren ante esta nueva realidad.
Lo que sí deseo fervientemente es que los candidatos no lleguen con la premisa de demonizar al gran responsable de que este club se codeara durante un tiempo con los grandes de Europa. Y es que a pesar de mi creencia de que la salida de Lendoiro debería producirse a corto plazo, también soy consciente de que ésta no se puede darse de cualquier manera. Los candidatos deben convencer a los votantes con un programa serio y en el que se explique paso por paso que medidas se tomarán si consiguen llegar a la presidencia.
Se abre un periodo nuevo en el que el deportivismo debe reflexionar hacia un interés común: la supervivencia en la élite del club gallego más laureado en títulos.