Con Róber disfrutando de un fin de semana de descanso como consecuencia del parón en las principales ligas debido a los compromisos de las distintas selecciones nacionales, el último de este año 2017, tan solo Álex Bergantiños afrontó partido de competición oficial entre los futbolistas cedidos por el Deportivo durante esta temporada.
El Sporting perdona y deja escapar dos puntos de El Molinón. (Sporting 1-1 Valladolid)
Después de encadenar una racha que le llevó a sumar 11 puntos de 15 posibles al tiempo que transmitía la sensación de equipo sólido y fiable, el Sporting de Gijón parece haber dado un paso atrás. Los rojiblancos recibían en su feudo a otro histórico como el Valladolid tras caer derrotados en Reus la pasada jornada, y no solo no fueron quienes de sumar los tres puntos sino que a punto estuvieron de ver como los visitantes le daban la vuelta al marcador. El choque arrancó con el contratiempo de la lesión de Sergio Álvarez durante el calentamiento, una baja notable para los de Paco Herrera que pasó a un segundo plano cuando en el minuto 5 de juego Scepovic adelantaba a los sportinguistas. A partir de ese momento la consigna parecía clara, equipo replegado y búsqueda de contraataques, un plan con el que no pasaron apuros en defensa y que les permitió disponer de al menos tres ocasiones claras para haber dejado sentenciado el choque antes del descanso. El segundo tiempo parecía seguir el mismo guión, con los locales desperdiciando sendos mano a mano pero, tras un primer aviso solventado con una gran mano de Mariño, los visitantes acabarían igualando la contienda a falta de un cuarto de hora para la conclusión. Un auténtico jarro de agua fría para un conjunto rojiblanco en el que su guardameta ejerció de salvador gracias a dos espectaculares intervenciones en la recta final que evitaron la derrota de su equipo. Al final, 1-1 en el marcador y dos nuevos puntos que vuelan de El Molinón ante la preocupación de una afición sportinguista que dejó entrever su descontento.
La baja de última hora de su habitual acompañante en el doble pivote y una de las piezas claves del Sporting como es Sergio Álvarez, unido a las ausencias en el once de otros pesos pesados del equipo hicieron que Álex Bergantiños, titular una vez más, se viese en la obligación de dar un paso al frente y asumir mayores responsabilidades sobre el terreno de juego. El de La Sagrada Familia respondió a la perfección y ejerció de auténtico motor de su equipo. Su trabajo defensivo volvió a ser más que notable, con continuas ayudas y coberturas a sus compañeros y gran efectividad a la hora de frenar cualquier intento de transición rápida por parte de los pucelanos. Precisamente en una de esas acciones fue amonestado, su primera amarilla en lo que va de temporada. En lo que se refiere al plano ofensivo su papel no resultó ser menos importante, más bien todo lo contrario. Casi todas las jugadas de ataque de los asturianos tuvieron como punto de partida sus botas o bien pasaron por ellas, entre ellas la del único gol anotado, mostrándose en todo momento muy seguro y acertado en la distribución de juego.