El 31 de agosto, durante la mayor parte de 24 horas frenéticas, Álvaro Vázquez tuvo todas las papeletas para fichar por el Deportivo y convertirse en el sustituto de Lucas Pérez. El club coruñés pactó con el Getafe las condiciones del traspaso, alcanzó un acuerdo con el futbolista e incluso hizo las gestiones para que pudiese pasar reconocimiento médico en Madrid. Estaba hecho, pero no se hizo. El delantero evitó estampar su firma en el contrato a la espera de una oferta del Espanyol y acabó saliéndose con la suya.
¿Fidelidad a su sentimiento perico? ¿Deslealtad con el Dépor? En Barcelona están contentos con el regreso de su canterano, pero en A Coruña se ha convertido en persona non grata. En su presentación con el Espanyol, el delantero aludió a motivos sentimentales para explicar su decisión, sin ocultar que su fichaje por el conjunto herculino estuvo verdaderamente cerca.
«En el mercado hay procesos que hay que seguir. Cada club busca sus alternativas y en esas aparecía yo y pasé el reconocimiento médico. Pero si lo decides con el corazón, no hay otra opción», ha explicado Álvaro, radiante en su puesta de largo con el cuadro barcelonés. Una entidad de la que no salió con buenas formas en su día, cuando firmó por el Getafe, recuerdo que prefiere dejar atrás. «Quizá se hizo mal por mi parte o por el club, pero lo importante es que estoy de vuelta. Hay que mirar hacia delante», ha zanjado.
No hay vuelta atrás y el enredo quedará en anécdota. Álvaro Vázquez jugará en el Espanyol y Joselu en el Deportivo. Una alternativa que ni mucho menos desagrada en A Coruña, donde tanto el presidente Tino Fernández (que le acusó de «jugar» con el Dépor) como el director deportivo Richard Barral han apuntado que el de Silleda estaba por encima en su lista de prioridades. El tiempo y los goles dirán quién ha acertado y quién ha cometido un error.