Las lesiones siguen golpeando al Dépor de manera constante. El último en caer ha sido Jesús Vázquez, un jugador que ha tenido roles antagónicos a lo largo de la temporada.
Llegó con la vitola de gran fichaje y de hombre clave para el centro del campo. Vázquez pagó la falta de adaptación del equipo a la categoría, y Oltra dio la alternativa a Juan Domínguez. El canterano aprovechó la oportunidad y se ha convertido en una de las piezas básicas del once. Jesús Vázquez ha dado una lección de saber estar y de hombre de vestuario. Sin malas caras, sin salidas de tono y trabajando día a día en busca de una nueva oportunidad.
Es cierto que en los últimos meses su papel ha sido testimonial y secundario, pero sin duda una lesión de este tipo es más importante de lo que pueda parecer. La plantilla cuenta ahora mismo con tres jugadores para el doble pivote: Álex Bergantiños, Juan Domínguez y Borja. Cualquier problema de alguno de estos futbolistas supondría un quebradero de cabeza para el técnico deportivista.
Faltan catorce jornadas para que termine la Liga y cualquier contratiempo puede resultar perjudicial. Cuarenta y dos puntos en juego para un tramo final de temporada que el Dépor encara en una posición inmejorable. La rivalidad Dépor Celta por la primera posición, está favoreciendo a ambos conjuntos. Los dos viven rachas magníficas de resultados y la ventaja aumenta con el paso de las semanas. El Dépor ha sumado 37 puntos de los últimos 42, una racha al alcance de muy pocos equipos.
Quedan tres meses de competición, tres meses que se perderá un Jesús Vázquez que recibirá muestras de cariño por parte de una afición, que sigue dando lecciones por cada campo que visita. Ánimo Jesús.