La cantera, protagonista forzosa de este análisis de la eliminatoria copera entre gallegos y andaluces. 12 de los 14 que participaron pasaron por el filial.
1. Complacida y orgullosa. Así se quedó la hinchada deportivista tras el partido copero entre el Córdoba y el conjunto que dirige Fernando Vázquez. Niños convertidos en hombres, hombres convertidos en soldados. Soldados de garra, de casta, de pundonor que luchan por unos colores y un escudo.
2. La cantera dio un paso al frente. En el Dépor participaron tres jugadores de 16, 17 y 18 años, además de otros que superaban en poco la veintena. Quique Fornos, Javier Fernández ‘Bicho’ y Dani Iglesias personificaron hacia dónde se dirige el conjunto blanquiazul los próximos años. Lo del mediapunta, el ’30’, cuando entra en contacto con el balón, es un escándalo.
3. Hablamos de cantera porque 12 de los 14 jugadores que participaron en el Deportivo pasaron por la cantera. Manuel Pablo, con 14 temporadas como blanquiazul a sus espaldas, y el recién llegado Wilk eran las excepciones. De Fabricio a Luis Fernández, un núcleo duro nutrido por Abegondo.
4. Le costó meterse en el partido. Tanto que tuvo que fallar un penalti para hacerlo. Después cogió las riendas, se las puso sobre la espalda y asumió que debía ser el líder del ataque coruñés. Cuando Juan Carlos comenzó a sentirse cómodo, el Deportivo comenzó a jugar. Errores como el que tuvo en el Nuevo Arcángel le servirán para madurar.
5. A otro que también le cuesta carburar de inicio es a Paulo Sergio Teles, pero en la segunda parte supo asociarse y romper líneas de presión. Una de ellas sirvió para después servirle el gol a Luis Fernández. Antes se lo había puesto en bandeja de plata a Diego Seoane. ¿Alternativa a Juan Domínguez?
6. La portería se le empezaba a hacer pequeña y el portero grande, los músculos se acogotaban al acercarse al arco rival y los nervios traslucían cada vez que golpeaba el balón. Pero Luis Fernandez por fin vio portería (su primer gol como profesional) y se saca de encima todos los pesos y presiones. No falló, además, ninguno de los dos penaltis.
7. Se comportaron como educadores y motivadores, además de ejercer sobre el campo un papel impoluto. Manuel Pablo y sobre todo Álex Bergantiños supieron entender su labor y jugaron su papel. Ellos debían tirar del carro, ayudados por la poca experiencia de Juan Carlos y Seoane, con apenas partidos como profesionales. El ‘Koeman coruñés’ fue el cabecilla de una revolución. La revolución de la cantera.
8. Muy bien Diego Seoane. Le vi, en el que fue su estadio, el mejor partido que le recuerdo. Sobrio atrás e incorporándose con peligro al ataque. Marcó con clase el 1-1 cuando mejor estaba el Deportivo.