Los gestos de Nelson Oliveira, las acciones de Bruno Gama, la afición o la línea defensiva temas de interés en este análisis del encuentro de ayer en Riazor.
1. Es inevitable no hablar en primer lugar de la despreciable actuación de Nelson Oliveira después de marcar el gol que certificaba el triunfo del Deportivo frente al Espanyol. Actitud típica de un prematuro y prepotente jugador que se cree estrella. Las tablas te las dan los años, y Nelson no tiene ni una ni otra. Cuestionables también sus palabras en rueda de prensa.
2. Sin embargo hay que tener claro que al delantero portugués se le necesita para conseguir la ansiada permanencia. A día de hoy, el Dépor tiene dos delanteros -Riki y Nelson- que deben ser los hombres más diferenciales del conjunto gallego en estos dos partidos que quedan. Si los jugadores ‘utilizan’ a los equipos para lograr sus objetivos, en este caso debe ser lícito el proceso inverso. Fernando Vázquez lo sabe, y así lo ha reflejado en su ‘paseo’ nocturno por las radios nacionales.
3. Espectacular la afición. De 10. Con una gente que, con el equipo en puestos de descenso, llena el estadio cada dos semanas no puedes hacer otra cosa que no sea quitarte el sombrero. Faltan calificativos para definir lo que significa la hinchada para el Deportivo.
4. Parece increíble que el Deportivo esté vivo con la defensa que tiene hoy en día. Una defensa que en sí misma provoca dos oportunidades clarísimas a los delanteros rivales por partido. Primera victoria de los gallegos sin Carlos Marchena en el once titular. No obstante, sí mejoró mucho la parcela defensiva con el cambio de Kaká por Valerón en los últimos minutos.
5. No puedo dejar pasar más puntos sin mencionar a Bruno Gama. El de Vila Verde asume galones cuando en peor forma física están sus compañeros. Desborda, inventa, rompe líneas… suma, al fin y al cabo. Y hasta a veces multiplica.
6. Quiero hacer una diferencia entre los dos desplantes que vio el público de Riazor el domingo. El de Nelson, con la gente, es inconcebible; el de Abel Aguilar, con Fernando Vázquez, es lo que demanda este tipo de partidos.
7. Cuando el partido está revolucionado, cuando tres rivales achuchan al blanquiazul que tiene el balón, cuando no se encuentran líneas de pase… ahí aparece él. El técnico de Castrofeito ha hecho que Juan Domínguez deje de imitar a Valerón y crea fielmente en quién es Juan Domínguez. Con su fútbol pausado en el centro del campo, crece Domínguez y crece el Deportivo.
8. Hablemos de calendario. Quedan dos partidos para finalizar la temporada: Málaga en La Rosaleda y Real Sociedad en Riazor. Situándolos en una balanza, pienso que es más factible conseguir los tres puntos frente al conjunto andaluz que la última jornada ante un equipo que se jugará la Champions League. Los herculinos deben salir a morder, en los balones divididos se tiene que notar quién se está jugando la Liga. El año del descenso con Lotina, el Dépor tiró una oportunidad contra el Barça en la penúltima jornada. Que no pase lo mismo.