La ausencia de refuerzos en el centro del campo, la buena primera parte del Dépor, el cambio de Oriol por Fariña o el momento de Cavaleiro, entre otros temas de interés del análisis del encuentro.
1. Partido difícil el que le tocaba al Deportivo este fin de semana. Con cierto aire de revanchismo por el 3-0 de la ida, el Valencia no quería que le volviesen a sorprender y Nuno Espírito Santo preparó a conciencia el encuentro. Superioridad en el centro del campo, velocidad por las bandas y centros continuos para el tanque Negredo, que por arriba ganaba prácticamente todos los duelos a Sidnei y Lopo. En cierta medida es una derrota lógica, una derrota que se podía prever ya que el Valencia es el equipo más en forma junto al Barcelona de esta segunda vuelta y ha hecho de Mestalla un templo inexpugnable. Si un campo es difícil de conquistar en estos momentos, estamos mirando para Mestalla.
2. Aún así, el Dépor realizó una muy buena primera parte. Tardó un rato en entrar en el partido, pero en cuanto lo hizo obligó al Valencia a replegarse y a defender. El fútbol a veces es sencillo de comprender; tiene mucho de psicológico. El Dépor salió al campo mostrando un gran respeto a su rival. Negredo, Parejo, André Gomes, Piatti, Gayá o Rodrigo sin duda lo valían, pero saltar al campo con respeto -o incluso miedo- supone que vayas a estar más pendiente de los movimientos de tus adversarios que de los que tienes que hacer tú para que tu rival esté preocupado por ti. Pongamos un ejemplo práctico: la banda izquierda del Dépor. Durante los primeros 10 minutos y la segunda parte, tanto Luisinho como Cavaleiro (y Fariña después) estaban más inquietos por lo que pudiesen hacer Barragán y Rodrigo que por cómo atacar ellos por su costado. Pasada la incertidumbre inicial, los blanquiazules exigieron a los chés y estos ya tenían más dudas sobre cuándo incorporarse al ataque. Ahí fue cuando el partido estuvo más igualado. Tras el descanso volvieron los miedos al Deportivo y la superioridad del Valencia.
3. Durante la semana se había probado la posibilidad de introducir a un tercer centrocampista para paliar la superioridad del Valencia en esa parcela. Los de Nuno saldrían con Enzo Pérez, Parejo y André Gomes en la medular y el Dépor únicamente con Celso Borges y Álex Bergantiños. Una réplica de lo que había sucedido en Riazor contra el Celta de Krohn-Dehli, Augusto y Radoja. Finalmente, Víctor Fernández no reforzó el centro del campo, aunque por lo que se vio sí que le pidió a Lucas Pérez más sacrificio defensivo. Con la vuelta de José Rodríguez se volvió al 4-2-3-1 asimétrico.
4. La acción que cambia el partido es el penalti de Juanfran Moreno sobre Pablo Piatti mediada la segunda parte. Discutible en el directo, pero incontestable en las repeticiones. Ya no solo por la acción que determina la pena máxima, si no también por cómo habilita Luisinho al argentino en un posible fuera de juego. Piatti fue el agitador del Valencia en el partido y un quebradero de cabeza para el lateral blanquiazul.
5. Uno de los asuntos más comentados en el postpartido es el cambio de Oriol Riera por Luis Fariña antes de la hora de encuentro. Más de 30 minutos sin un referente en el ataque. He de reconocer que cuando lo hizo, me gustó y así se lo hice saber a los dos compañeros con los que vi el partido. Quizá pensé que era un poco pronto, pero le veía lógica al planteamiento. El Dépor apenas se aproximaba a las inmediaciones de Diego Alves y mucho menos por banda. Oriol ya no tenía balones que rematar porque nunca iban a llegar. Parejo y André Gomes eran los que manejaban el tempo del partido (la posesión acabó 50%-50% pero la del Dépor fue nimia e intrascendente) y el Dépor con el balón en los pies no sabía cómo hacer daño. La solución era encontrar a Cavaleiro, rápido donde los haya, a la espalda de los centrales y que tuviese espacio para correr. Está claro que no funcionó. A lo mejor el problema se pudo haber resuelto desde el banquillo, pero no había opciones para volver al plan inicial si este no resultaba.
6. El ataque del Dépor se está viendo resentido por el bajón de dos jugadores capitales. Ayer Lucas Pérez no estuvo fino e Iván Cavaleiro lleva varias semanas desacertado. El coruñés estuvo impreciso, acelerado en ciertos momentos y particularmente sentido en cada acción que fallaba. A destacar un taconazo que le dio a Cavaleiro en el área contraria y que el portugués no pudo definir, pero poco más. Su juego precisa de más calma y para dársela debe ser él el que esté calmado. El luso, por su parte, arrastra su peor mes y medio de competición desde que está en el Deportivo. El de Vila Franca de Xira ha formado parte, de principio a fin, de la columna vertebral de este Dépor, que necesita recuperarle en el tramo decisivo de temporada.
7. Y a otro jugador al que yo pienso que debe recuperar Víctor Fernández en este tramo de temporada es a Cezary Wilk. Con el residual papel que están teniendo Juan Domínguez y Haris Medunjanin, que además están entrando en todas las convocatorias y que son futbolistas de características diferentes al polaco, un perfil como el de Wilk puede ayudar a contener partidos en determinados momentos sería muy provechoso. Que te supera el Celta en el centro, pones a Wilk a dar cera. Que el Sevilla te crea muchas superioridades, pones a Wilk para que te haga coberturas. Que el Valencia te supera en lo físico, pones a Wilk a pelear cada balón. Creo que es un jugador muy útil, incluso más en estos momentos que el gallego y el bosnio.