Es el turno del Nástic en ‘Adelante’. El equipo que presume de ser el único de conquistar el Bernabéu ‘a la primera’ atraviesa un momento complicado, con el técnico Oliva cuestionado y el fichaje estrella Longás ausente… Y vende la moto en sentido literal.
El Nàstic de Tarragona llega a la ciudad herculina con la intención de enderezar un poco el rumbo perdido en las jornadas iniciales y conseguir su primera victoria de la temporada en uno de los campos más difíciles de la categoría. El escenario no parece el propicio, ya que se enfrentarán a un campo abarrotado y a un Deportivo que encara el encuentro con ganas de lavar la mala imagen de su visita a Alcoy.
El ‘míster’. Juan Carlos Oliva. En la cuerda floja.
El aragonés se puso a los mandos del Nàstic a lo largo de la pasada campaña, cuando los catalanes estaban en una situación complicada. A pesar de numerosos factores externos, el preparador de 41 años consiguió mantener a su equipo en la Segunda División en base a la unión del vestuario dentro y fuera del campo, lo que le valió la continuidad.
Este curso no ha empezado con buen pie y una derrota en A Coruña podría significar su destitución. Hasta el momento, el técnico no ha conseguido inculcar las ideas del año pasado y los ‘granas’ están completamente rotos, sin un estilo de juego definido. Visualmente, parecen el conjunto más débil de la Liga, incluso por detrás del Cartagena, último clasificado. Oliva necesita un cambio radical.
El ‘crack’. Longás. Visión de juego para un Nàstic perdido.
El fichaje estrella de los catalanes en el mercado veraniego no ha demostrado todavía lo que se esperaba de él. Tras dos buenas campañas en el Cartagena, en las que fue considerado como uno de los mejores mediocentros de la Liga Adelante, Longás recaló por sorpresa en Tarragona para llevar la manija del juego de un equipo sin un claro estilo ofensivo. El zaragozano aporta calidad tanto en el pase largo como en el corto, equilibrio al centro del campo y, sobre todo, una gran visión de juego. Su mayor problema es la irregularidad entre cada partido, pero para el Nàstic es un lujo poder contar con un futbolista que hace tres años encandiló a Guardiola en el Barcelona B y se ganó entrenar con el primer equipo culé en numerosas ocasiones.
El dato. Pocas ideas en ataque. Solo ha anotado cuatro goles en lo que va de Liga.
Los catalanes son, tras el Cartagena, el segundo equipo con menos goles a favor. Han conseguido cuatro tantos en lo que va de campeonato y solo Powel, con tres, ha podido marcar, mientras que se han beneficiado de un gol en propia puerta de Iriomé ante el Villarreal B. En el global del pasado curso fueron el tercer conjunto menos anotador y les salvó su gran trabajo defensivo, algo de lo que también han carecido en el inicio de la campaña 2011/12 en la que su miedo a irse arriba les ha impedido lograr alguna victoria.
Un momento histórico. 11 de enero de 1948. Vencer en el primer asalto.
El Nástic presume de una hazaña que no ha logrado igualar ningún otro equipo en el fútbol español: vencer al Real Madrid en su propio estadio -por aquel entonces denominado Nuevo Chamartín, que posteriormente sería rebautizado a Estadio Santiago Bernabéu- a la primera. Juanete -que antes había jugado en el Real Madrid y posteriormente jugaría en el Dépor-, Taltabul y Roig anotaron los históricos goles -Molowny hizo el de los madrileños- en un encuentro que también pasaría a la historia por otros motivos: suponía la primera derrota del Real Madrid en su actual casa, y le situaba en una complicada situación: nunca había estado el conjunto blanco tan cerca del descenso de categoría. El Nástic concluyó séptimo esta temporada. Un año antes, había logrado el ascenso a Primera División y había hecho historia en la Copa del Rey, cayendo en semifinales después de eliminar al FC Barcelona en cuartos.
Una leyenda. Valero Serer. No diga gol, diga Serer.
Valero Serer participó en el Nástic de Tarragona en una de sus épocas más grises, pero eso no le impide ser considerado entre su afición como uno de los jugadores más importantes de su historia y casi unánimemente el goleador más efectivo que pasó por la entidad catalana. De hecho, firmó por el club tarraconense en enero de 1960, cuando éste era colista de Tercera División ya bien avanzada la temporada. Su presidente fue a ‘pedir ayuda’ a Zaragoza y volvió con Serer. Su llegada provocó un cambio radical: siete victorias y un empate en sus ocho primeros encuentros, en los que anotó siete goles para salvar al equipo. No se le cayeron los anillos a un jugador con experiencia en Primera por jugar en la ‘categoría de bronce’. Continuó en el club para el que anotó 181 goles. Una barbaridad. Es, con mucha diferencia -ningún otro llega a 100 goles-, el máximo goleador de la historia del conjunto catalán. Su afición le perdonó la ‘infidelidad’ de marchar al ‘eterno rival’, el Reus, en la temporada 1967-1968 por problemas con el presidente. Fue la única vez en la historia que el estadio del Nástic ovacionó cuando saltó el Reus al campo. Volvió al conjunto de Tarragona para retirarse en 1970, con 39 años.
Una curiosidad. Marca propia. Hasta un jamón ibérico y una moto.
El Gimnástic de Tarragona se apuntó hace dos años a una moda especialmente en auge entre equipos del sur -Córdoba, Betis o Cádiz también han optado por ello- y ha creado una marca propia, Nástic, que es la que viste al equipo, y que utiliza como importante fuente de ingresos, ya que incluso ha pasado a trabajar para otros equipos de fútbol, baloncesto o, incluso, voleibol de la provincia. Tratan de explotarla ‘a tope’ e incluso se han metido en el mundo de las motos, y en el gastronómico con el jamón ibérico y, por supuesto, el cava catalán. No les va mal, aunque sus diseños han causado algunas discrepancias, como la equipación del año pasado, que se parecía en demasía a la que el Manchester United había usado en la Premier League la temporada anterior.