Vuelve el Mallorca a Riazor, pero antes le toca pasar por ‘Adelante’. No se enfrentan los equipos que eran hace una década, cuando incluso intercambiaban jugadores. Pero, con Joaquín Caparrós en el banquillo, los bermellones aspiran a ser el equipo revelación.
El Deportivo recibe mañana a un Real Mallorca cuya imagen no distará mucho de la que mostró el pasado jueves en el encuentro de Copa del Rey. Los insulares, ávidos de puntos, necesitan volver a la senda de la victoria antes de recibir al Barcelona si no quieren entrar en la zona de peligro.
Contexto. Caparrós, el estabilizador. Los resultados y su buena relación con Serra Ferrer han devuelto la calma al conjunto balear.
El Mallorca ha encontrado por fin el camino de la tranquilidad. La entidad bermellona no había vivido un verano tan plácido tanto en lo económico como en lo deportivo desde los tiempos en los que Samuel Eto’o y Albert Luque goleaban en el antiguo Son Moix. Lorenzo Serra Ferrer, siempre rodeado de polémica por sus asuntos y operaciones fuera de los terrenos de juego, se ha movido muy bien en el mercado y se ha sacado de la chistera las inesperadas contrataciones de futbolistas importantes como Antonio López, Javi Márquez, Geromel o Giovani Dos Santos. Los refuerzos, sumados a los ya asentados Nunes, Fontás, Nsue o Hemed, han conformado una de las mejores plantillas mallorquinistas de los últimos años.
Por otro lado, el máximo accionista del club rojinegro ha encontrado en Joaquín Caparrós a su socio perfecto. El andaluz aterrizó en la isla a mitad del curso pasado con la difícil papeleta de encauzar las revoltosas aguas que había dejado Michael Laudrup, que si bien había abandonado el club en una buena décima posición, había puesto en duda el liderazgo y la capacidad de gestión de Serra Ferrer, al que culpó de que cada día se marchase a casa «frustrado y enfadado». «El Mallorca será lo que Serra Ferrera quiera que sea», dijo el danés en su despedida. El de Utrera, además de cambiar el estilo y la forma de trabajar de forma radical, se entendió con su presidente desde el primer momento al no meterse en asuntos extradeportivos. En el aspecto competitivo mejoró al danés, finalizando octavo en la tabla, a tan solo tres puntos de entrar en puestos europeos. Esta temporada dio continuidad a los buenos resultados y el inicio fue prometedor, y los bermellones fueron terceros tras cinco jornadas -con tres victorias y dos empates-, pero la llegada del ‘Tourmalet’ por el que ya ha pasado el Deportivo frenó su progresión y cayó derrotado en los cuatro encuentros siguientes. Claramente de más a menos.
Nombres propios. El bloque por encima de todo. Varias individualidades destacan en un conjunto en el que predomina el colectivo.
– El ‘crack’: Nsue. Joven, rápido y muy vertical. La última perla de la cantera bermellona puede hacer daño en cualquier posición del frente de ataque. Su inusual cambio de ritmo y su destreza con el esférico lo hacen letal en el uno contra uno. Marca las diferencias.
– El ‘muro’: Ximo. Rapidísimo lateral con un desgaste físico envidiable. Incansable a la hora de defender, es el primero que se ofrece en ataque cuando su equipo lo necesita. A sus 22 años, tiene potencial para ser uno de los mejores zagueros de nuestro país. Un fijo para Caparrós. Es duda para mañana.
– El ‘cerebro’: Martí. Su importancia en el equipo ha crecido tras la lesión de Javi Márquez. Con 37 años sigue siendo capaz de domar la medular y de llevar el mando de su equipo tal y como lo hacía antaño. Perfecto tácticamente, es esencial a la hora de dar pausa a los partidos y un seguro a balón parado.
– El ‘killer’: Hemed. Impresionante el inicio de campaña del israelí, que ha marcado seis tantos en nueve jornadas. Rápido e inteligente, Hemed sabe aprovechar al máximo sus escasos recursos técnicos. Brillante cabeceador y un incordio para cualquier defensa.
El dato. Miedo al balón. Es el equipo con menos posesión de la Liga BBVA.
En el último encuentro de Copa del Rey ante los jugadores de José Luis Oltra, el Mallorca ya dejó claro que le importa poco dominar la posesión. El choque ante los blanquiazules fue un fiel reflejo de lo que ha sido la presente campaña para los bermellones, que, según los datos de la Liga de Fútbol Profesional, son el conjunto que menos ha tenido el balón en lo que va de Liga, con un promedio del 40 por ciento de posesión, un punto menos que el Levante, segundo en esta estadística.
Un momento histórico. Temporada 1998-1999. Rozando el cielo.
Fue la mejor temporada del Mallorca en toda su historia. Héctor Cúper había aterrizado en la isla el año anterior, y se había estrenado con un 5º puesto en Liga y un subcampeonato de la Copa del Rey, que se escapó en la tanda de penaltis. Pero que, con el ‘doblete’ del Barça, le dió acceso para jugar la Supercopa, donde los baleares se consiguieron vengar de los catalanes, y sumaron su primer título oficial. Así comenzó la campaña 1998-1999, donde la elástica bermellona mostró su mejor versión. En Liga, con un juego espectacular y efectivo, lograron su mejor clasificación histórica: 3º, solo por detrás de Barça y Madrid. Roa, Siviero, Stankovic, Ibagaza y Biagini eran algunos de los de puntales de aquel equipo, que logró alcanzar la final de la Recopa de Europa. En Birmingham, se celebró la última final de Recopa, en la que el mejor Lazio de los últimos tiempos se impuso al Mallorca, gracias a los tantos de Vieri y Nedved. Tras esa exitosa campaña, el Mallorca aún se mantuvo un lustro entre los mejores equipos de España.
Una leyenda. Samuel Etoo. El león indomable.
Ganar todo es el sueño de cualquier futbolista. Liga, Copa y Champions, en un equipo en el que seas importante. Es imposible aspirar a más. Tan solo un futbolista en toda la historia lo ha conseguido hacer en dos temporadas consecutivas. Ése es Samuel Etoo. Insaciable, infatigable y letal. Alcanzó el olimpo del fútbol en Barcelona y Milán, pero el nombre se lo pulió en Mallorca. Allí jugó cuatro temporadas y media donde maravilló a la grada balear. Consiguió anotar 54 goles en Liga, que le convierten en el máximo goleador de la historia del club. Con ellos, guió al Mallorca a disputar la Champions League por primera vez en su historia, donde consiguió vencer a Arsenal, Panathinaikos y Schalke 04 pero, sin embargo, cayó eliminado en la primera fase. También ganó la Copa, anotando dos goles en la final. Y vistiendo la camiseta bermellona se proclamó Mejor Jugador de África. La afición sueña con que vuelva a vestir esa elástica un jugador de la categoría del camerunés.
Un lazo blanquiazul. Copa del Rey 2002-2003. La venganza del ‘Rifle’.
Finales de verano de 2002. En su historia, el Dépor nunca gozó de una delantera de tanto nivel. Diego Tristán, que venía de ser ‘Pichichi’, sonaba para los clubes más potentes de Europa, aunque su lesión en el Mundial de Corea y Japón evitó una venta con la que Lendoiro contaba. En esas condiciones, el mandamás había empezado a negociar con el Mallorca el fichaje de Luque, y lo conseguió materializar. También estaba Makaay, que esa campaña terminaría proclamándose ‘Bota de Oro’. Y el ‘Rifle’ Pandiani, que nunca defraudaba al salir desde el banquillo, era el cuarto en discordia. Cuatro… para un único puesto en el once. Así fue como, una vez que Tristán se quedó en A Coruña, Irureta aceptó la cesión de Pandiani al Mallorca. En la jornada 12, ambos equipos se enfrentaron por primera vez, y el ‘Rifle’ evitó la victoria blanquiazul anotando un gol. Pero no le pareció suficiente. En febrero, ambos equipos se enfrentaron en las semifinales de Copa. El Dépor defendía título, pero todo se complicó demasiado cuando Pandiani situó un 0-2 en la ida en Riazor, decidiendo la eliminatoria. El Mallorca acabó conquistando el título. Y Lendoiro aprendió. Había nacido ‘la cláusula del cagazo’.