«Siempre fieles, sin reblar» es el grito de guerra que anima a los hombres de Quique Hernández en El Alcoraz. Juanjo Camacho es el hombre a seguir, mientras que una leyenda de la hinchada como Roberto sigue ostentando la responsabilidad anotadora. Llega el Huesca a Adelante.
El Deportivo se enfrentará este domingo (El Alcoraz, 12 horas. Canal+) a un SD Huesca cargado de moral por la mejoría que han mostrado en las últimas jornadas y que pretende volver a enganchar a su afición con una victoria ante uno de los ‘gallitos’ de la categoría. Un equipo, el de José Luis Oltra, que acumula tres victorias consecutivas en Liga.
El ‘míster’. Quique Hernández. Un trotamundos sin grandes oportunidades.
El preparador valenciano se hizo con los mandos del Huesca en la jornada nueve, después de que la directiva aragonesa destituyera a Ángel Royo por haber conseguido tan solo una victoria en los ocho primeros partidos. Con el conjunto azulgrana, el palmarés de Hernández ha crecido hasta la friolera de 20 equipos entrenados, entre los que se encuentran algunos tan dispares como el Almería, la Selección de la Comunidad Valenciana o el Aris Salónica griego. Los buenos resultados nunca han sido una tónica en el técnico de 53 años, aunque también es cierto de que no ha estado en entidades con grandes presupuestos.
En el club aragonés, su labor ha sido notable hasta el momento y, después de algunas semanas de adaptación, en los últimos siete encuentros ha logrado tres victorias, tres empates y una derrota -en la última jornada ante el Cartagena-. Lo que Hernández le ha dado al Huesca es una mayor solidez atrás, protagonizada por la actuación de Luis Helguera, que pasó de ocupar el centro del campo a ser central. Además, el estilo de juego de los oscenses es variado y los resultados, al igual que los goles, han llegado tanto con el equipo volcado sobre la meta rival como jugando a la contra. El balón parado es otra de sus armas y de los últimos diez tantos, ocho han sido en jugadas de estrategia.
El ‘crack’. Juanjo Camacho. La eterna promesa que encontró su sitio a los 28 años.
A pesar de sus prometedores inicios, el futbolista valenciano lo ha tenido muy difícil para triunfar y su llegada a Huesca le ha dado la estabilidad necesaria para disfrutar del fútbol. Canterano del Zaragoza, Camacho era considerado como uno de los jugadores con mayor futuro de la entidad maña -fue subcampeón de Europa sub16 con España y bronce en el Mundial sub17 de Egipto en el año 1997-, pero la mala suerte y la falta de confianza de Lillo -en su primera etapa como zaragocista- y de Víctor Muñoz -en la segunda- le impidieron asentarse en el club que le vio crecer.
No fue hasta la temporada 2008-2009, en su segunda estancia en el Huesca -anteriormente había jugado en el equipo azulgrana durante la campaña 2006-2007-, cuando con 28 años el mediapunta logró sacar todo el fútbol que llevaba dentro. En la actualidad, el ‘10’ es uno de los hombres más importantes dentro del vestuario oscense y su fuerza, su calidad en el pase y precisión en el disparo lo han convertido en un indiscutible para Hernández. Capaz de jugar en la mediapunta y en el puesto de mediocentro, su liderazgo es incuestionable y por sus botas pasarán muchas de las posibilidades de permanencia del conjunto aragonés.
El dato. Imparable desde los once metros. Anotó los siete penaltis que le señalaron.
Precisamente, la eficacia del Huesca desde el punto de penalti tiene como protagonista a Camacho. El jugador de 31 años ha conseguido marcar todos los penaltis que le han pitado a su equipo en lo que va de temporada 2011-2012, siete en total. Además, el valenciano ostenta el récord de penas máximas anotadas de manera consecutiva con 21 -contando con los cuatro que marcó con el Vecindario en Segunda B-, seguido por Cristiano Ronaldo, que ha marcado 18.
Un momento histórico. Temporada 2007-2008. Plata que parece oro.
La actual SD Huesca se funda en 1960, tras el vacío que había generado en la ciudad la desaparición, cuatro años antes, de la UD Huesca. Este conjunto había alcanzado la Segunda División de España tras ascender en la temporada 1949-50, y se consiguió mantener tres años en la categoría. Pero el actual conjunto no había logrado situarse entre los 42 mejores equipos de España hasta que, en la temporada 2007-2008, logró el histórico ascenso. Era una temporada excepcional para los oscenses, con Manolo Villanueva en el banquillo. Pero a falta de tres meses, el equipo grande de la Comunidad Autónoma, el Zaragoza, sumido en una importante crisis de resultados, buscó entrenador y fue a Huesca a por él. De esta forma cogió el mando Onésimo. Le costó arrancar y el equipo perdió la ventaja conseguida, aunque una gran recta final le situó en los ‘play-off’ por el ascenso. Allí eliminaron al Gavá por el valor doble de los goles fuera de casa, primero, y al Écija -que se había impuesto al Dépor B-, gracias al 2-0 logrado como local, que superó la derrota en tierras andaluzas.
Una leyenda. Roberto García. El ‘hombre-gol’.
Roberto García llegó al Huesca, cedido, en 2004-2005. Canterano del Real Madrid, Roberto había firmado dos años antes por el Sevilla, que lo mandó cedido a Guijuelo, primero, y Huesca, en la citada temporada. Anotó diez goles en su primera participación con el conjunto aragonés en la División de Bronce, dejando muy buen sabor de boca. Este rendimiento, le llevó hasta un equipo de la misma división pero con mayores aspiraciones, el Burgos. Pero cuando quedó libre, volvió a firmar por el Huesca. Allí fue clave en la temporada 2006-2007, y, sobre todo, en la siguiente, la del ascenso. Sus 20 goles ayudan a explicar el éxito del equipo. También fue clave en la primera campaña en Segunda, formando junto a Rubén Castro una de las delanteras más letales de la categoría: la ‘doble R’. Ambos llegaron a las dos cifras en su cuenta goleadora. El buen balance anotador le consiguió un contrato en el Nástic, a dónde llegó en la campaña 2009-2010. Y la aventura no pudo empezar mejor: tres goles en tres partidos. Pero a partir de ahí, la portería se le hizo cada vez más pequeña y decidió volver a casa al término de la temporada. Por tercera vez, a Huesca. Ahí sigue, animando con sus goles las gradas de El Alcoraz.
Una curiosidad. Un club con eslogan. «Fieles siempre, sin reblar».
No son muchos los equipos que tienen su nombre asociado a un lema. «You’ll never walk alone», por ejemplo, viene pronto a la cabeza como el grito de guerra de la hinchada del Liverpool. El del Huesca también es un rugido característico: «Fieles siempre, sin reblar». Adorna bufandas y pancartas junto al escudo del club, a la vez que anima a sus jugadores este cántico desde las gradas del coliseo aragonés, resaltando la máxima fidelidad de su afición. Para ello, utiliza un verbo que reconoce la RAE, aunque es casi únicamente utilizado en esa provincia. «Reblar» significa retroceder, rendirse.