Fayçal Fajr aterrizó en A Coruña en el verano de 2015 pocos días después de que lo hiciese Pedro Mosquera, ambos procedentes de un Elche víctima de un descenso administrativo a Segunda División fruto de los impagos y la convulsa situación institucional que atravesaba por aquel entonces. La gran temporada del marroquí había despertado el interés de varios clubes, pero finalmente acabó recalando en el Deportivo en calidad de cedido. Una cesión que un año después le permitió convertirse en jugador blanquiazul a todos los efectos al no lograr el conjunto ilicitano el ascenso a Primera.
La polivalencia y el espíritu de sacrificio de Fayçal Fajr pronto sedujeron al entonces entrenador blanquiazul Víctor Sánchez del Amo. El madrileño apostó por darle la titularidad al centrocampista africano desde el primer partido de Liga y éste respondió a la confianza del técnico con un rendimiento que disparó las expectativas de la afición. La importancia dentro del esquema herculino quedó de manifiesto al participar en todos y cada uno de los partidos del Deportivo durante la temporada 2015-2016, 31 de ellos como titular.
En total fueron 2.843 minutos de juego los que acumuló Fayçal Fajr en su primera temporada con la camiseta blanquiazul. El gran trabajo defensivo desarrollado por el marroquí tuvo su complemento ideal en el destacado rendimiento mostrado en la faceta ofensiva, donde firmó 4 asistencias y 5 goles, algunos de ellos de bella factura y vital importancia como los anotados ante el Rayo Vallecano y Villarreal.
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La llegada de Gaizka Garitano al banquillo del Deportivo de cara a la temporada 2016-2017 no parecía que fuese a traer cambio alguno en el papel desempeñado por el marroquí, ya que éste arrancó el nuevo curso manteniendo su vitola de titular indiscutible. Sin embargo, Fayçal Fajr no terminó de sentirse cómodo dentro de un esquema que le obligaba a desenvolverse demasiado pegado a banda y, pese a gozar de la confianza del nuevo técnico, fue perdiendo protagonismo con el paso de las jornadas.
El punto de inflexión definitivo llegó con una controvertida e inexplicable expulsión que echó por tierra el buen trabajo del equipo en el Vicente Calderón. Esta circunstancia fue el desencadenante para que perdiese su puesto en el once y, desde ese momento, sus apariciones en Liga pasaron a ser puntuales y prácticamente testimoniales. Una brillante participación en la Copa África con Marruecos y el hecho de que Pepe Mel tomase las riendas del Deportivo hicieron que recuperase la titularidad y encarase el tramo final del campeonato con ánimos renovados. Sin embargo todo quedó en un espejismo y el centrocampista marroquí acabó completando una temporada gris, con tan solo dos asistencias y 1.200 minutos disputados, y salpicada por alguna que otra polémica que hacía presagiar una salida como la mejor y única opción tanto para el propio jugador como para el Deportivo.