El fútbol esconde historias humanas detrás de los goles, de las victorias y de las derrotas. Al igual que en la vida en general, en el césped no todo es de color de rosa, y también hay momentos malos. Sino, que se lo digan a Javier Fernández Abruñedo «Bicho» (Sada, 1996). Con 17 años estaba debutando con el primer equipo del Dépor, a las órdenes de Fernando Vázquez. Ahora, 6 años más tarde, no tiene equipo y está en el paro. Por el medio, lesiones, problemas con el representante y episodios negativos. Hablamos con él.
¿Cómo estás?
Pues ahora mismo algo impaciente por encontrar equipo y por estar en una situación que nunca me había tocado vivir. Tengo muchas ganas de jugar ya.
¿Cómo describirías el verano que has pasado?
Pues cuando terminamos la temporada con el Fabril nos quedamos entrenando con el primer equipo hasta que terminara el playoff. Me fui diez días de vacaciones con mi novia y estaba tranquilo y al volver ya empiezan las pretemporadas y empecé a ver que no me salía nada. En ese momento rompí la relación con mi representante y pasa todo muy deprisa hasta llegar a este momento.
¿Cómo recuerdas aquellos días en los que llegas a debutar con el primer equipo con solo 17 años?
Pues los recuerdo como momentos muy muy felices. Era un niño y con esa edad siempre sueñas en poder debutar con el primer equipo aunque nunca piensas que pueda llegar tan pronto.
¿Uno está preparado con esa edad para gestionar el éxito deportivo?
A esa edad no me daba cuenta de lo que estaba viviendo. Por suerte mis padres siempre me educaron muy bien para saber afrontar los buenos y malos momentos así que no creo que gestionara mal esos momentos.
Y llega esa salida al Barcelona B. ¿No tenías sitio en el Dépor o te sedujo la propuesta?
Ese año el Dépor logró el ascenso a Primera y pensaba que siendo tan joven iba a ser muy complicado que pudiera jugar en el equipo. Ya me costó mucho entrar en Segunda así que consideré que en Primera lo sería todavía más. El Fabril estaba en Tercera y pensaba que me favorecía más estar en Segunda con el Barça y por eso tomé la decisión.
Y de ahí al Leganés.
Ese año me lesiono en la pretemporada con el Barça B y al final se decide que no iba a continuar allí y aparece lo de Leganés. Creo que no fue una decisión acertada porque desde que llegué no tenía hueco en ese equipo por la idea que buscaba el entrenador y fue un punto negro en mi corta carrera.
Y llega el primer momento en el que te tienes que reinventar y regresas a Galicia.
Ya en diciembre solo pensaba en marcharme de allí y volver a disfrutar y a jugar lo más cerca de casa posible. Surgió la posibilidad de ir al Compos que estaba en Segunda B en descenso pero teníamos buen equipo y junto a mí llega Fredi como entrenador. Me ayudó muchísimo y es un crack. No se pudo conseguir la permanencia pero conseguí volver a disfrutar del fútbol que era lo que quería.
¿Qué compañeros te han marcado para bien?
Mi mejor amigo del fútbol es Dani Iglesias que está ahora en Croacia. También me acuerdo mucho de Marchena del año que debuté y Mackay en el Racing de Ferrol. De este último año en el Dépor tengo muy buena relación con Quique, Carlos y Domingos. Somos un grupo de amigos y de hecho nos fuimos de vacaciones juntos.
Has sufrido en esta última época dos de las peores cosas que tiene el fútbol: lesiones y problemas con el representante.
Sí. Las lesiones me han marcado mucho. Tenía muchas ganas de volver al Dépor y poder mostrar lo que tenía. Hice la pretemporada con el primer equipo y creo que estuve bien. Ganamos al Castilla siendo superiores, al Majadahonda que asciende pero aparecieron esos problemas en el hombro y decido operarme. Desde ahí han sido problemas constantes con cuadriceps, pubis y me ha costado mucho. En el caso de mi representante dejó pasar el tiempo y no me escribía, no me llamaba y en un momento dado con las pretemporadas empezadas busqué una solución por mi cuenta. Ahora hay un agente que me está ayudando más pero hemos empezado algo tarde y muchos equipos tenían ya las plantillas cerradas y sin fichas.
¿Has pensado en dejar el fútbol?
Sí. Sobre todo en estos últimos meses. Volvía a casa desde Abegondo en el coche y pensaba en no volver a jugar. Por suerte ese pensamiento ha desaparecido porque jugar al fútbol es lo que más me gusta hacer y sigo soñando con seguir disfrutando de esto mucho tiempo.
Has comentado estos días que no te gusta mucho que te pregunten por tu futuro.
Porque al final es todo el día con lo mismo. Vas a una comida familiar y te preguntan, te juntas con los amigos y la gente que ves te pregunta. Y sabes que ahora mismo no tienes nada y me siento un poco incómodo. Por eso intento evitar esos momentos.
¿De qué le gusta hablar a Bicho con sus amigos en una tarde normal de verano?
Con mis amigos de verdad que son los de toda la vida saben que ni cuando las cosas van bien ni cuando van mal me suele gustar hablar de fútbol. En mis ratos libres me gusta recordar nuestras anécdotas y momentos sin tener que recurrir al fútbol.
¿Es difícil gestionar el éxito en el fútbol?
Creo que sí. En mi caso creo que siempre tuve la cabeza bien amueblada tanto para el éxito como para el fracaso, pero es cierto que el fútbol está lleno de gente que parece que va a llegar a lo más alto y al final no lo consigue y su vida queda marcada por eso.
¿Se debería cuidar más desde los clubes?
No tengo ninguna duda de eso. Cada vez son más los casos de niños con 15 o 16 años que tienen patrocinios de marcas deportivas, que están demasiado pendientes de las redes sociales y desde el propio club se les da demasiado bombo como para que se creen expectativas que luego son muy difíciles de conseguir porque resulta muy complicado llegar a la élite.
¿Qué le diría el Bicho de 23 años al de 17 años?
La verdad es que es complicado pero creo sinceramente que en mi caso fui por el camino correcto aunque las cosas no se hayan dado como quería porque me gustaría estar en Primera División con esta edad pero no se ha dado. Lo que tengo claro es que no me arrepiento de lo que he hecho en mi carrera.
¿Qué esperas de estos meses?
Seguir entrenando muy fuerte por mi cuenta mientras espero alguna oferta que sea interesante para mí. Iré a un equipo en el que vea una oportunidad para crecer y estoy deseando que llegue.
Comentaba Bojan en una entrevista en El País que había sufrido ataques de ansiedad a causa de la presión y las expectativas generadas alrededor de su figura. ¿Crees que esto es más frecuente de lo que la gente se imagina?
Sin duda. Nunca lo he dicho en público pero este año cuando estaba cerca de volver, las dolores de pubis reaparecían y tenía la cabeza muy saturada. Tuve que acudir al psicólogo porque empecé a sufrir ansiedad y dolores en el pecho en los que me costaba respirar. No fue mucho tiempo pero recuerdo especialmente una semana donde no era capaz de respirar y tenía que concentrarme en inspirar y espirar con calma. Yo mismo me preguntaba, ¿pero esto qué es?
¿En qué te ayudó ese psicólogo?
Primero acudí a Gabi el psicólogo del club y me derivó a una psicóloga. Me enseñó técnicas de respiración y de relajación y por suerte pronto pude superar ese mal momento.
Hemos hablado mucho de malos momentos, pero ¿qué mensaje has recibido estas semanas que te haga especial ilusión?
Sobre todo el de Juampa (Barros), futbolista que tuve de compañero en la cantera del Dépor. Él me decía que escribiera algún texto para redes para mostrar mi situación y mi momento. Él pensaba que con un texto así me podía salir alguna oferta pero a mí no me salía y le dije que no me apetecía. Me dijo que si yo no lo hacía lo haría él si yo le daba permiso y así lo hizo el otro día. Juampa es una persona muy especial para mí y a la que quiero mucho. Ese tweet ha provocado que haya recibido muchas llamadas y me alegro mucho de que a él le vayan muy bien las cosas.
¿Cómo es un día en la vida actual de Bicho?
Pues me despierto pronto, desayuno y me voy a entrenar con mi preparador personal. Como con mis padres y por la tarde intento hacer planes tranquilos con mi novia, mis amigos o paseo con el perro. Un día muy normal.
¿Vives muy pendiente del móvil?
Sí. Sobre todo por las mañanas. Me voy a la cama cada día con la esperanza de que al despertar pueda tener la llamada de algún representante o el interés de algún equipo porque estoy deseando disfrutar otra vez del fútbol.