Borja Valle vive un momento feliz a nivel personal en el Deportivo. El berciano entiende la preocupación existente en el deportivismo ante el bache de resultados pero está convencido que el equipo cuenta con argumentos suficientes para llegar a una de las dos plazas de ascenso directo. Reflexivo, sincero y realista, Borja considera que este es un buen momento para que «todos los que tenemos ADN deportivista, nos arropemos».
Sensaciones a unas horas de que llegue el partido ante el Almería.
Las sensaciones que hemos vivido a lo largo de esta semana han sido buenas, de alegría y sobre todo de ganas de que llegue el partido. Es importante que todos tengamos la cabeza única y exclusivamente en este partido ante el Almería. Es un partido, clave, importante y vital.
Se ha escuchado mucho estos días la frase, «limpiar la mente». ¿Qué quiere decir y por qué se ha utilizado tanto?
Tanto en el fútbol como en la vida, es importante que cuando tienes una serie de problemas, de baches, de que las cosas no salen como quieres, es importante olvidarte un poco de todos los problemas. La semana pasada nos la prepararon muy bien. Fue una semana distinta, lúdica y en la que disfrutamos mucho. Se ha creado un ambiente muy positivo y nos ha alegrado mucho. Esta semana no ha tenido nada que ver, hemos trabajado mucho y tenemos la mente puesta en el Almería y llegamos con la cabeza limpia y centrada en el partido.
¿Tanto cuesta a veces reconocer que el equipo no está en un buen momento?
No. Ante todo hay que ser realista. Desde que empezó la temporada, todos sabíamos que vendrían tiempos buenos y otros malos. Está claro que estamos en un momento malo, pero esto es fútbol. Nadie quiere que lleguen pero por esto pasan todos los equipos. Hay que ser realistas en las situaciones, tanto en las buenas como en las malas. Es cierto que no estamos en el mejor momento, pero repito, cabezas limpias, pensamiento positivo y a intentar solventar esos problemas y malas sensaciones.
¿Crees que fue un error plantear el mes de marzo, como un mes en el que se iba a hacer pleno de victorias en Riazor antes de jugar los partidos?
Creo que es algo normal. Cuando miras el año del Deportivo y los resultados que hemos obtenido en Riazor, ves el calendario y tienes el partido de Reus (ya ganado) y tres partidos en casa. Nuestra trayectoria invitaba a pensar que íbamos a ganar los tres partidos. Creo que es algo normal, pero considero que no es algo bueno. Cuando te marcas un objetivo tan ambicioso como ese, tienes mucho que perder. Lo mejor que podemos hacer es marcarnos objetivos a corto plazo, porque a largo plazo está claro que no nos ha venido bien. Tenemos que estar fuertes y pensar solo en el partido ante el Almería. Hay que olvidarse de Osasuna, Granada, etc etc.. Lo siguiente ya vendrá, lo importante es ganar al Almería. Entiendo que la gente piense en el ascenso al día siguiente del descenso. Representamos a un equipo histórico y es normal tener esa exigencia.
El partido de este viernes ha adquirido una importancia vital.
A partir de ahora creo que cada partido de aquí al final va a ser un punto de inflexión. Debemos plantearnos lo que queda como una liguilla de doce partidos. El mejor de esa liguilla se llevará el ascenso. No quiero pensar más allá. Para mí lo de este viernes es una final, un partido clave e importantísimo y creo que todos somos conscientes. Hay que afrontarlo con seriedad, valentía y personalidad.
¿Cómo se explica el hecho de encajar tantos goles al final de los partidos?
Simplemente lo explico diciendo que esto es fútbol. También nosotros hemos ganado muchos partidos en el tramo final. Es cierto que cuando pasas un momento malo, el miedo también te invade y te lleva a cometer errores que se pagan muy caros en una categoría tan profesional como la Segunda. Esa falta de seguridad que estamos teniendo está provocando que los rivales se estén aprovechando pero no creo que haya nada específico que explique esa circunstancia.
¿Cómo ves a este grupo a la hora de gestionar la presión que se va a generar en este tramo final de temporada?
Más que capacitado. Creo que tenemos jugadores con una gran veteranía que han vivido momentos más complicados que este y jugadores jóvenes con mucha hambre. Creo que lo bueno de este vestuario es que todos somos conscientes de donde venimos y de la exigencia que tiene este escudo. No entiendo la presión que tenemos como algo negativo. A nivel vestuario estamos capacitados para llevarlo bien.
¿Entiendes que exista cierto nerviosismo en la afición del Dépor?
Claro que lo entiendo. Los precedentes están ahí y hacen y no hacen bien. El Dépor ascendió de manera directa en sus dos últimos descensos. En la cabeza de todos, está el hecho de que eso vuelva a suceder. Cuando pierdes la ventaja o las buenas sensaciones que tenías, llega el miedo. A raíz de ese miedo viene todo lo demás y es lógico y normal. Pasa en el deporte y en la vida en general. Tenemos que saber gestionarlo y arroparnos entre todos los que tenemos el ADN deportivista. Todavía queda una liga de doce partidos y eso son muchos puntos. Estoy convencido de que las cosas van a cambiar mucho de aquí al final porque en este tramo todo se aprieta mucho más. Este grupo se va a dejar la vida en este tramo final y cuantos más seamos, mucho mejor.
Decía el otro día Dani Giménez que en este vestuario hay muy buenas personas pero que quizás faltaba un poco de maldad en el terreno de juego.
Puede ser. El problema es que cuando planificas un vestuario, lo planificas con futbolistas pero a la vez con personas. Es muy difícil que al Borja Valle futbolista le salga pegar una patada por pegar. A lo mejor otro tipo de persona o futbolista sí lo hace. El problema o la virtud es que somos buenas personas y a veces no te sale. Es muy difícil cambiar eso de repente. Pero todo lo que hemos hecho nos ha llevado a estar en una buena posición. Tenemos un vestuario muy bueno este año y yo no achacaría la falta de resultados a eso. Hemos conseguido puntos con nuestros medios y creo que nos ha ido bastante bien.
¿Cómo te encuentras jugando tan pegado a la banda?
Bien. Al final es una situación y una posición en la que he jugado mucho. Tanto en banda como arriba me encuentro cómodo y no varía mucho mi forma de jugar. Evidentemente cada entrenador te exige cosas diferentes pero es algo habitual. Este año hemos utilizado sobre todo dos sistemas en los que tienes que ofrecer cosas diferentes. Creo que en ambos nos ha ido bien y que es bueno tener diferentes formaciones e ideas. Eso te hace crecer. Para mí es positivo poder utilizar varios esquemas diferentes de juego.
Creo que mi etapa en el Dépor se resume como una montaña rusa de sensaciones
¿Crees que en banda pierdes capacidad goleadora?
Evidentemente no es lo mismo jugar en punta que en la banda. Es diferente estar pendiente de rematar un centro a ponerlo tú. Pero no achaco el no meter goles a jugar en banda. He tenido ocasiones pero a veces los estados de forma y de ánimo hacen que te falte esa pizca necesaria para hacer gol. Nunca he sido un goleador nato, pero tampoco voy a dejar de marcar por jugar en banda.
¿Cómo te encuentras a nivel personal?
Creo que mi etapa en el Dépor se resume como una montaña rusa de sensaciones. Al final, estar feliz y estable también te crea cierta inestabilidad porque no te lo acabas de creer o de ser consciente de que todo va bien. Ahora puedo decir que estoy feliz. El club y el vestuario me apoyan y solo puedo dar las gracias a todos. Soy feliz en la ciudad y estoy muy contento. No quiero pensar en todo lo que viví antes porque en su momento ya lo pensé y medité mucho. Los malos momentos me han ayudado a crecer muchísimo y a actuar de otra forma a día de hoy. Ahora solo puedo pensar en positivo y eso es lo que me hace bien.
Le mandamos entonces un mensaje positivo a la afición del Dépor.
Por supuesto. Personalmente pienso que estamos haciendo las cosas bien. Es obvio que siempre se puede mejorar pero esto es fútbol y dentro de la exigencia debe haber normalidad y coherencia. Todos debemos ser conscientes de que cuantos más sumemos, mejor. Tenemos que ser positivos, arroparnos, empujarnos y pensar que llega lo bonito y vamos a conseguir nuestro objetivo. Debemos transformar la exigencia en algo bonito. Yo estoy muy ilusionado y deseo que toda la gente nos siga apoyando como hasta ahora.