Eneko Bóveda fue uno de los protagonistas en zona mixta y reconoce que es difícil explicar la situación del Deportivo sólo desde lo que pasa en el verde: «Esto ha pasado ya a un plano más anímico, psicológico. Después de estar siete días pensando en el Málaga, con todo lo que nos jugábamos, lo más frustrante es ver al equipo en esos primeros 15 minutos. Son difíciles de explicar. Están siendo días duros y esto pasa por intentar cambiarlo cada día».
El vasco tiene claro que necesitan que alguno dé un paso al frente: «La confianza es algo que parece fácil. Incluso durante la semana uno se va imaginando el partido, con soltura y atrevimiento. Pero luego sale al campo y ve esa sensación de piernas congeladas. Nos ha pasado, sobre todo en los inicios de partido en casa. Es algo contagioso, pero igual que para mal se contagia para bien y los que hemos vivido más batallas tenemos la responsabilidad de contagiar al resto. Pero ninguno está exento de la responsabilidad de ser el primero que contagie».
Bóveda no cree que el nivel de la plantilla sea el que se está viendo: «Los jugadores que han venido aquí lo hacen rechazando equipos que ahora mismo parecen mejores. Eran sus opciones A o B, de equipos que ahora son mejores. No se puede dudar ni quitar el carné de futbolista a alguien por uno o diez partidos. ¿Cómo se explica el rendimiento? Se ve en mil equipos y es difícil de explicar. No tengo la fórmula mágica. Si tuviera, seguramente tendría un puesto más importante en este club. Pero como no la tengo me toca ser humilde y seguir trabajando».
Entiende, también, el enfado de la afición: «Nuestro trabajo es así. Es un mundo que se vive con mucha pasión. Hace unos meses estábamos pasando con el autobús rodeado de bengalas. La gente lo vive con pasión en los buenos momentos, no podemos pedir que en los malos sean fríos o impasibles. Eso no puede ser excusa para nuestros malos».
Valle: «No me resigno a pensar que el objetivo es la salvación»
También analizó la derrota Borja Valle, que reconoció el mal momento del equipo: «Estamos tristes, cabizbajos, con dolor. Porque es una situación complicada, diferente al objetivo que nos marcábamos. Estás fastidiado porque lo intentas y no sale. No es desbordados, pero es cierto que la confianza es mínima. Cada error se magnifica, nos penaliza. Luchas 90 minutos y a la mínima se vuelve a escapar«.
Para el berciano, pensar en la salvación no es una opción: «A mí que no me cuenten milongas ni historias. La situación es delicada, pero no me resigno a pensar en ese objetivo (la permanencia). El objetivo tiene que ser hacer las cosas bien y mejorar. Ves la tabla y quizá lo firmes, pero hay que ser ambiciosos y seguir creciendo».
El atacante ve a sus compañeros preparados para pelear por abajo: «Somos jugadores que hemos vivido diferentes situaciones. No descender, ascender, playoff… esto es fútbol y hay que estar preparado para todo. Es una situación que te tensa, te pone en dificultades, pero no podemos hacer otra cosa que seguir«.