Carlos Fernández es ahora mismo la gran esperanza del Deportivo. El sevillano, que apenas ha podido participar desde diciembre, ha superado su lesión y acelera su puesta a punto para reaparecer en Oviedo: «Llevaba tiempo esperando este momento. Sobre todo tener buenas sensaciones, estar con el grupo. Se ha alargado más de la cuenta y tengo que agradecer el trato humano del club. Del presidente, Carmelo, el míster… independientemente de lo profesional me han entendido personalmente y ha sido fundamental. Las sensaciones son buenas, me encuentro bien y vamos a ver cómo va la semana. Al final es una decisión del técnico, si por mí fuera…» (bromeó).
Además del trabajo de recuperación física, reconoce que ha sido importante también cuidar el aspecto mental, algo para lo que ya estaba preparado: «No te queda otra que mirar hacia adelante y ser fuerte. Ser positivo. Ves que hay gente con problemas reales de salud, económicos… para mí ha sido duro, pero no vas a hacer un mundo de una lesión. Una vez que aparece el problema, buscas solución. He tenido ya lesión de ligamento cruzado, el menisco… ya tengo dominio de estas situaciones. En los primeros entrenamientos es importante ir de forma progresiva, pero no me condicionan las lesiones anteriores. Si estoy bien, estoy bien. Y si me pasa algo será como le puede pasar a cualquier compañero».
De hecho, el punta asegura que ha sido más difícil no poder ayudar al equipo: «Ha sido lo peor. Cuando uno está en la grada y ves que no puedes ayudar… al final sentir que no estás activo es lo más frustrante. Lo he seguido con mucha tensión. Son esos momentos que no tienes esa confianza, te falta algo. Más precisión, te cuesta tener el balón… les pasa a los mejores equipos y estaba claro que nos podía pasar a nosotros».
Lo que Carlos tiene claro es que su regreso no va a provocar que las victorias lleguen de forma automática: «No creo que el equipo me necesite para ganar. Todos los compañeros están preparados y yo soy uno más. No soy el salvador de nada ni estoy por encima de nadie. Este tipo de situaciones se sacan todos juntos arrimando el hombro. Ningún jugador gana partidos solo. Bueno, sólo uno: Messi. Hay que estar juntos, reflexionar y mejorar a nivel individual».
No esconde que el objetivo del ascenso se ha complicado, pero avisa de que el Dépor no ha dicho la última palabra: «Quedan 11 partidos y los de abajo tienen necesidad de salvar la categoría, los de arriba de meterse en ascenso… Hay que pensar en Oviedo. Nos equivocaríamos si pensamos en otra cosa. Sumar de tres en tres, luego ya se irá viendo. Está más complicado que antes, pero si perdemos la fe faltando 11 jornadas, apaga y vámonos. Soy optimista y el trabajo que estamos haciendo nos la tiene que devolver tarde o temprano».