Las lesiones de Bergantiños e Insua llegan en un momento clave de la temporada y ponen a prueba la profundidad de plantilla del equipo coruñés.
El mes de abril se presenta duro para el Deportivo. El conjunto de Vázquez pierde por sendas lesiones musculares a dos de sus pilares defensivos, dos canteranos que han sido básicos a la hora de mantener la regularidad que mantiene al equipo en puestos de ascenso directo.
En el caso de Bergantiños, el parte médico difundido en la tarde del lunes anunciaba unas tres semanas de baja. En teoría se perdería los partidos frente a Castilla, Recreativo y Mallorca. Será la hora de Wilk, que ha dejado una buena impresión general en el deportivismo pero que a día de hoy genera dudas debido al momento de forma que atraviesa tras su lesión.
Pablo Insua podría perderse hasta cuatro partidos, los mencionados en el caso de Álex más el del último fin de semana de abril frente a la Ponferradina en Riazor. Su teórico suplente sería un Carlos Marchena que tampoco parece estar a su mejor nivel.
Así pues, serios problemas para el entrenador de Castrofeito, que se verá obligado a afrontar esta fase decisiva del campeonato sin uno de los mejores centrales de la categoría y sin un centrocampista que por polivalencia y compromiso ha ganado definitivamente una ascendencia importantísima en el equipo. Además, Toché estará una semana más de baja, perdiéndose el compromiso del Alfredo Di Stéfano. Todas las previsiones apuntan a que estará disponible para recibir al Recreativo de Huelva en Riazor. Su vuelta, al igual que la de Luisinho (tras sanción) esta misma semana, supone un alivio para una plantilla que deberá demostrar que está a la altura de las circunstancias.