El que fuera abogado del Deportivo clamó por una «renovación» exponiendo los actuales males del club y aseguró que su intención es la de permanecer tan solo tres años en el cargo. Todo ello bajo el lema «porque sabemos y podemos».
Germán Rodríguez Conchado (A Coruña, 1945) presentó esta tarde su candidatura a la presencia del Real Club Deportivo de La Coruña en el Hotel Riazor. Apareció el ex abogado del club respaldado por los que serían sus principales consejeros en caso de salir elegido: Pancho García, Julio Meana y Joaquín Suárez. Tras una breve presentación de él mismo y su equipo, quiso dejar claro que se presentan a la presidencia «porque hay elecciones, aunque parezca una obviedad, y porque es necesaria una renovación», ya que «el señor Lendoiro y su Consejo están agotados después de 25 años de ejercicio ininterrumpido», para añadir que «la situación del Deportivo es totalmente dramática«. Así mismo, reseñó que se presentan «por un ejercicio de responsabilidad personal».
A ese respecto, recalcó que la suya es una candidatura «atípica» porque «el grado de compromiso es tan alto que nos obligamos a dimitir en pleno si se incumple un solo de los puntos», así como que solo quieren los votos «de los verdaderos deportivistas», no de «los que anteponen sus antipatías personales al beneficio del club».
El letrado, muy crítico con la gestión de Lendoiro durante toda su comparecencia, comenzó la exposición de su programa electoral subrayando el «poder personalísimo» que el de Corcubión viene ejerciendo en el club y calificó su mandato como un «régimen caudillista, con características como el nepotismo, la corrupción o la ineficiencia que han puesto al club en una situación dramática», haciendo hincapié en el «riesgo de que el club desaparezca» si todo continúa sin cambios. «La presidencia del club no es un medio de vida, ni una profesión ni un cortijo familiar», sentenció. Pese a todo, calificó como «brillante» la primera etapa de Lendoiro en el club, aunque ahora «no hay estructura de gestión, hay anarquía e improvisación, una huida hacia delante hasta que Hacienda cerró el grifo», lo que para el supone dos salidas: «liquidación o convenio, y no está capacitado Lendoiro para negociar dicho convenio porque él antepone sus intereses particulares a los del club». También resaltó que la entrada en concurso fue «improvisada y mal preparada» y que «lo peor es que el club ya ha perdido la iniciativa en las gestiones».
Ante la posibilidad de que se le vea como una prolongación del mandato del actual presidente, negó «categóricamente» que la suya sea una candidatura «continuista» y quiso dejar claro ante los que lo «acusan de ser co-responsable de lo ocurrido en el club durante los últimos 25 años» que él no ha formado parte «de ninguna de las decisiones que ha tomado el club en los últimos 10 años. Ni de las malas, ni de las buenas, si es que las ha habido».
Contra esa línea, quiere ofrecer a los accionistas la «contrastada experiencia y conocimientos adquiridos» de todos los miembros de su candidatura, así como aseguró que no cobrará ninguna cantidad como presidente si llegara a serlo. Por otro lado, aseguró que una de sus medidas será poner en venta todas las filiales del club «tratando de recolocar a todos los trabajadores productivos», para así destinar todos los recursos posibles a la «incorporación y pago de futbolistas».
En cuanto al convenio, parte principal de su programa, insistió en la necesidad de que no sea gestionado por Lendoiro y reconoció «160 millones de deuda, de los cuales 60 sería ordinaria y estaría sometida a quita». Así, continuó, su proyecto consistiría en «una quita de al menos el 50%, como en la mayoría de clubes españoles y el pago anual de 6 millones durante 20 años, contando con una carencia de pago durante los dos primeros años para tratar de ascender». De esta forma, la intención del candidato es «limpiar la silla» en tres años, tratar de ascender y dar el club estabilidad para que puede entrar otro presidente a poner dinero». Se refirió a dicho presidente como «un caballo blanco, que esté dispuesto a poner entre 10 y 20 millones de euros sin que esto lo convierta en propietario del club», siendo para él indiferente que «sea coruñés, chino o jorobado».
Ya en la ronda de ruegos y preguntas, comenzó asegurando que «no hemos tenido ningún contacto con los bancos y Hacienda, porque a día de hoy no somos nadie». Poco después, preguntando por su cuestionado y controvertido carácter, dijo estar «muy contento con mi carácter porque hace 67 años que nos llevamos bien» y que «me ha dado problemas pero también muchas satisfacciones; y creo que mi carácter, para lo que necesita el Deportivo, es un plus en estos momentos».
Para finalizar, preguntado sobre la continuidad de Fernando Vázquez en el caso de salir elegido, Rodríguez Conchado dio paso a su hombre de confianza en la parcela deportiva, Pancho García, que afirmó que «lo consideramos el adecuado y además tiene 2 años de contrato». Además, añadió que «el ascenso es prioritario, pero cuando entremos lo vital será salvar el 30 de junio de 2014 para no bajar a Segunda B».