Columna de opinión que utiliza Alfonso Núñez para hablar de la llegada de Miguel Ángel Lotina a la Liga BBVA y analizar su trabajo en el Deportivo.
Observo, con cierta perplejidad, infinidad de comentarios en torno al nombramiento de Miguel Ángel Lotina como nuevo entrenador del Villarreal. Suele coincidir que los mismos que ensalzan al de Meñaka, critican sin cesar a José Luis Oltra, a pesar de tener al equipo líder de la Segunda División.
No me gustan los extremos, ni la censura desmesurada e injusta de uno, para ensalzar la figura del otro. Miguel Ángel Lotina fue entrenador del Dépor durante cuatro temporadas, en uno de los momentos más problemáticos de la entidad herculina. Es extremadamente complicado cambiar la mentalidad de un equipo y de una afición acostumbrados a cotas mayores en las últimas dos décadas. Lotina no lo hizo mal en sus primeras temporadas, pero hay que reconocer que la última cometió graves errores, que empujaron al equipo a la segunda división. Él, sin embargo, no fue el único culpable del descenso.
Esta temporada trajo hasta nuestra ciudad a José Luis Oltra, un entrenador completamente diferente a Miguel Ángel Lotina. Oltra tenía por delante el complicado reto de adaptar un grupo de jugadores de Primera a una nueva categoría. Tras un duro inicio de temporada, sobre todo con las derrotas en Alcorcón y Alcoy, Oltra dio con la tecla, y su registro es espectacular. Se ganará con más o menos brillantez, pero no debemos olvidar que importantes instituciones, como el Atlético o el Betis, no lograron retornar a primera al año siguiente del descenso.
La racha del equipo invita al optimismo desde hace semanas. Desde la dirección técnica debe planificarse cuanto antes la próxima temporada, un año que no será fácil. No es incompatible reconocer los aciertos y errores de Miguel Ángel Lotina, con el gran trabajo que está realizando José Luis Oltra durante la siempre difícil travesía por la Segunda División.