Alimentó su leyenda Augusto César Lendoiro aludiendo en repetidas ocasiones a su querencia por negociar de noche. Sin embargo, no siempre fue así. No al menos con Marcelino García Toral. El actual técnico del Villarreal estuvo cerca de recalar en Riazor hace nueve años, ya en los últimos compases del proyecto que encabezaba Joaquín Caparrós. El Deportivo buscaba dar un giro al boceto del utrerano, y el exdirigente blanquiazul tanteó a un entrenador que aquella campaña llevó al Recreativo a completar la mejor temporada de su historia. Y sí, el de Corcubión lo hizo de día.
De aquella toma de contacto, adelantada entonces por el Diario AS, trascendieron pocos detalles. Fue en la localidad lucense de Rábade y en el restaurante Coto Real como hogar de la cita donde Lendoiro tuvo su vis a vis con el preparador asturiano, acompañado por otro viejo conocido de la Plaza de Pontevedra por aquella etapa, el representante Eugenio Botas. Todo ello, unos días antes de que el conjunto onubense jugase en A Coruña, de donde además se llevó los tres puntos tras vencer por 2-5 a los herculinos.
Gustaba, y mucho, Marcelino. No sólo por su buen hacer en el Colombino, donde estuvo a punto de clasificar al Recreativo para la Copa de la UEFA, sino también por su constatada capacidad para dar la alternativa a los más jóvenes. Precisamente el tipo de transición que se ansiaba en el Deportivo en ese instante. En las retinas de muchos, las eclosiones de Santi Cazorla o Uche en Huelva, pero también el manejo del Sporting en Segunda con la factoría de Mareo como casi único sustento.
No cuajó finalmente la llegada del preparador de Careñes, al que también seguía con interés el Betis y que finalmente desembarcó en el Racing de Santander -club que ya había vivido como jugador en la 89/90-. Y no lo hizo, en gran parte, porque el presidente del Deportivo desvió su mirada hacia el norte de la Península y cazó a Miguel Ángel Lotina tras el descalabro que llevó a la Real Sociedad a Segunda en aquel curso. Todo ello, en unos últimos y frenéticos días de junio con cierta semejanza a una partida de ajedrez.