El deportivismo volvió a dar una clase magistral de apoyo a unos colores en un entrenamiento en Riazor a puertas abiertas. Cerca de 4.000 personas arroparon a los de Fernando Vázquez, que se despidió de la afición puño en alto.
Dos partidos para reengancharse a Primera, dos partidos vitales para creer en la salvación. El Deportivo afronta en las próximas jornadas dos partidos que dilucirán las opciones de permanencia que tiene el equipo. Mallorca y Zaragoza evaluarán la mejoría del conjunto dirigido por Fernando Vázquez tras salir vencedor del derbi gallego de hace 15 días. Los herculinos deben demostrar que no fue cuestión de motivación ganar al Celta, sino que forma parte de la resurrección y del golpe de timón que el equipo necesitaba como el comer. Y la afición, va a respaldar a los jugadores para que se lo crean.
Esta mañana el entrenamiento de la plantilla deportivista se celebró en Riazor a puertas abiertas. En Viernes Santo, día festivo, una oportunidad única para acudir al feudo blanquiazul y dar los últimos ánimos a los jugadores antes del viaje a Palma de Mallorca. Jóvenes, no tan jóvenes y mayores se dieron cita una vez más, y cerca de 4.000 personas llenaron la grada de Tribuna Inferior al grito de «Sí se puede» y «El Dépor es de Primera».
Al término del entrenamiento, la plantilla -liderados por los capitanes y el cuerpo técnico- devolvió el cariño a la hinchada y posó para las fotos de los compañeros fotógrafos utilizando a la afición como estampa ideal por detrás de ellos. Hasta dos horas después los aledaños del estadio seguían repletos de deportivistas, que no encontraron en la lluvia un obstáculo para acompañar al equipo.
En rueda de prensa, Pizzi reconoció estar impresionado. «En la situación que estamos, yendo últimos, es espectacular lo que están haciendo. Es una afición impresionante. No tengo palabras para describir lo bonito que ha sido lo de hoy”.