A sus 39 años Roy Makaay ya es uno de los emblemas del staff técnico de la Feyenoord Academy, donde se encarga de la dirección del conjunto sub-19 en el conjunto con mayor solera de la ciudad de Rotterdam.
Once años después de su marcha, a Riazor aún se le hace un nudo en el estómago echando la vista atrás en pos de la estela de Roy Makaay (Wijchen, Países Bajos, 1975), un artista de la efectividad y el desmarque que, cada cierto tiempo, concentra los recuerdos de los más nostálgicos. Y es que más allá de los goles, la Bota de Oro de la temporada 2002/2003 o la jugosa cifra que reportó su traspaso al Bayern de Múnich, es posible que ni diez metros de tierra pudiesen sepultar noches como las del Olímpico o San Siro. Desde luego, el que no logró olvidarle fue Franz Beckenbauer.
El exinternacional holandés, que abandonó el fútbol en activo en el año 2010 tras tres cursos en el Feyenoord, encontró precisamente en la ciudad de Rotterdam el punto de partida para el despegue de su carrera como técnico de fútbol base, cargo que ha desempeñado en el conjunto de De Kuip desde su despedida de los terrenos de juego y donde su brillante trayectoria le granjeó el aprecio e interés de entrenadores como Ronald Koeman. De hecho, el actual preparador del Southampton contó con Makaay como asistente para pulir los movimientos de cara a puerta de jugadores como John Guidetti o Graziano Pellè, hoy delanteros reconocidos.
Sin embargo, y pese a que el nuevo técnico, Fred Rutten, intentó mantener a Makaay en dichas funciones, el que fue en su día uno de los mejores aliados de Juan Carlos Valerón decidió centrarse esta vez en su labor como entrenador del Feyenoord A1, el equivalente a un juvenil de División de Honor de la competición española. Ahí radican a medio plazo las esperanzas de un club que comprendió, tras varios años de mala gestión económica, que el futuro de la entidad radicaba en sus categorías inferiores, las mismas de donde emergieron recientemente jugadores como Bruno Martins Indi -hoy en el Oporto- o Stefan De Vrij -ahora en la Lazio-.
La idea del Feyenoord, vigilado estrechamente por la Federación holandesa hasta hace poco, es poder estrenar en 2018 la que será la versión renovada de su estadio -el Nieuwe Kuip- sin deudas con sus nuevos inversores, un difícil camino en el que la Feyenoord Academy e, indirectamente, Roy Makaay, tendrán mucho que decir hasta entonces. El propio exjugador deportivista comentaba recientemente que la hoja de ruta del club contempla dar la alternativa a uno o dos futbolistas de la cantera cada temporada, un camino que ya recorrieron, por ejemplo, Jordi Clasie o Tonny Trindade de Vilhena. Hoy, Clasie es el capitán de la plantilla con apenas 23 años.
Y es que en Rotterdam, primer puerto de contenedores del continente europeo, el fútbol es la primera religión de un inmenso crisol de culturas donde Marruecos, Angola o las Antillas son el segundo país presente en el pasaporte de algunos jóvenes proyectos que aspiran a asomar la cabeza al primer equipo del Feyenoord, un conjunto con una afición tremendamente pasional, donde se retiró Johan Cruyff y en el cual la sombra dejada por Jon Dahl Tomasson o Pierre Van Hooijdonk sigue muy viva.
Makaay, que con un gol en diez segundos aún ostenta el honor de haber sido el futbolista más rápido en anotar un tanto en la Champions League, afronta así el reto de ejercer como nexo de unión entre el primer equipo y una auténtica escuela de talentos donde el Manchester City y el Chelsea ya echaron sus redes en los últimos años. Ahora, el bueno de Roy sigue los pasos otro clásico de la ‘oranje’ como Giovanni van Bronckhorst, entrenador adjunto de Rutten. Quizá, en el futuro, él también les acompañe.