La actualidad de ahora mismo toca muchas teclas así que como elijo yo, me decanto por una de las más agradables. Que de las malas, ya se ocupan todos a diario.
Hablemos de renovaciones. Primero fue Laure y ahora Manuel Pablo. Deportivamente, el lateral derecho -y el izquierdo en circunstancias- queda perfectamente cubierto para el presente y el futuro. Si profundizamos un poquito más, nos damos cuenta que el contexto en el cual se producen estas renovaciones habla muy bien de ambos jugadores: su compromiso con el club en un momento delicado, dentro y fuera del campo. Un gesto de esos que tanto la entidad como los aficionados sabemos, y debemos, agradecer. Un jugador tiene todo el derecho a renovar o no su contrato cuando este finaliza, pero hacerlo en momentos de tanta incertidumbre les agranda como personas, más aún que como profesionales.
Laure es un gran jugador, competitivo y de sobrada solvencia. Me parece un acierto, aunque igual de acertada me parece la de Manuel Pablo, un jugador que viviendo los años más bonitos del club ha querido y quiere estar en los menos bonitos. Siempre compitiendo al máximo, sin mirar edades ni carnets de identidad. Es, Manuel Pablo, un jugador de los que todos los entrenadores quieren a sus órdenes: cumplidor, comprometido, entregado, veterano, calmado y buen compañero. Uno de los que te mantiene el barco a flote cuando este empieza a llenarse de agua. Por eso creo que su continuidad es un doble acierto. Sigue siendo un jugador capaz de dar un alto rendimiento y que apuntala el vestuario, que al parecer, se llenará de novedades en unas semanas.
De la situación deportiva y extradeportiva poco puedo decir que no sepáis. No es agradable ver la clasificación. Pero por propia experiencia, y reciente, os digo que nunca un equipo descendió en la jornada 15, ni logró ningún objetivo en la misma. No es fácil el camino que se ve por delante, no será sencillo revertir esta situación, pero ¿qué podemos hacer? ¿Entregarnos a la desesperación, al desanimo y a la autocompasión? En absoluto.
Tenemos que darlo todo en el empeño de salir de ahí abajo, de lo contrario ya sabemos dónde acaban estas historias. Sé qué los aficionados llegamos hasta donde podemos, y los que deben solucionar esto son los protagonistas, pero como de costumbre, y sabiendo que es difícil y os cansará mi discurso, os pido que apoyéis al equipo. A ninguno nos gusta verlo perder, pero corregidme si me equivoco, menos aún nos gustó verlo jugando en Segunda. Ánimo a todos, a vosotros que os dejáis el alma y la garganta en cada partido y a los jugadores y técnicos que como Manuel Pablo se dejen también todo lo que tienen en el campo para salir adelante.