Dos de nuestros redactores, Antonio Bellot y Manuel Laya, debaten sobre si el conjunto gallego debe fijarse una meta más ambiciosa que asegurar la permanencia en la Liga BBVA.
Tras pasar un año en Segunda División y pulverizar todos los récords, el Deportivo regresa a la máxima competición del fútbol nacional. El debate está en si el conjunto de Oltra debe darse por satisfecho con la permanencia, o si por el contrario debe fijarse cotas más altas.
NO
ANTONIO BELLOT
El cartel de ‘recién ascendidos’ debe ser el principal llamamiento a la calma de cara a planificar los propósitos para la próxima campaña. Debemos ser conscientes de que nuestra aspiración primordial es conseguir mantener la categoría al final del campeonato liguero. La marcha de Diego Colotto y Andrés Guardado-referentes dentro del equipo el curso pasado-ha mermado la calidad de la plantilla, que aún no conoce cuál será el rendimiento de los nuevos fichajes. La cautela debe ser nuestra principal arma para no dejarnos llevar por objetivos falsos. Vamos a sufrir en muchos campos y contra muchos equipos cuya calidad está a años luz de la nuestra. Debemos jugar bien nuestras cartas, siendo conocedores de nuestras posibilidades y, si las cosas empiezan a marchar bien, ya tendremos tiempo de marcarnos nuevas metas.
Es indudable que mantener la categoría es a lo que aspiramos partiendo de que venimos de Segunda División. En casos como este hay que ser comedidos y empezar a construir las cosas desde abajo y con humildad, así es como se obtienen los mayores logros. Fijar como objetivo algo más que la permanencia no es algo adecuado a estas alturas, ya que primero debemos conocer cuál es el rendimiento del equipo en el año de su vuelta a la categoría de oro del futbol español.
SÍ
MANUEL LAYA
Un equipo no puede acobardarse y esconderse tras el manto de recién ascendido. El Deportivo debe luchar desde el principio por aspirar a posiciones más altas que las de la simple permanencia. Oltra cuenta ahora con un equipo con mentalidad ganadora, que acabó líder, que batió records jugando en estadios donde los equipos sufren por el gran desgaste físico al que se ven sometidos y llevando la vitola de favorito allá a donde iba, una motivación extra para sus rivales. Ahora que todos lo miran con un ex Segunda División es cuando hay que dar ese golpe encima de la mesa. Se cuenta con una muy buena base de equipo y se está reforzando muy bien con jugadores de entrega, trabajo y calidad, aspirar solo a conseguir 43 puntos no debe estar en la cabeza de nadie.
Los equipos que suben de Segunda deben jugar con la baza de estar físicamente más preparados, tras jugar un campeonato con cuatro jornadas más de Liga que se pueden alargar a un playoff, de venir de una dinámica ganadora y de dar la sorpresa en campos en los que no se les respeta como rivales fuertes.
De hecho, ahí tenemos los datos de la última campaña, Betis, Rayo y Granada, los tres recién ascendidos se mantuvieron y durante muchas jornadas, Betis y Rayo, llegaron a estar a tres puntos de los puestos de Europa League. Solo una relajación según se veían más cerca de la salvación les hizo dar un bajón que pudo pasarles factura al final, como le ocurrió al Mallorca hace dos años.
Si el equipo está fuerte, se mantiene el estilo de juego y el hambre más allá de la salvación se puede luchar por estar arriba, aunque finalmente no se consiga. El Dépor no debe empezar la Liga con la idea de buscar sólo la salvación y conformarse con resultados buenos ante equipos de su nivel. El Dépor debe salir con la convicción de mantener la buena racha que trae de la categoría de plata y ganar todos los partidos independientemente del rival, así nació el Súper Dépor de Arsenio al que nadie tomaba en serio y a punto estuvo de dar la campanada en más de una ocasión. El equipo sabe sufrir, remontar, defender un resultado y arriesgarse en el todo o nada cuando hace falta y además no está solo, cuenta con la mejor afición de España.
Pasiño a pasiño pero nunca mirando hacia abajo.
TERMÓMETRO DE LA AFICIÓN:
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