Deportivo y Las Palmas afrontan hoy su última bala para seguir luchando por la permanencia. Después del triunfo del Levante ayer ante el Eibar, el segundo consecutivo después de la victoria que lograron los granotas en Getafe, el que pierda en Riazor estará virtualmente en Segunda División. Por más que los jugadores blanquiazules se resistan a calificarlo de final, el duelo con los canarios tiene todas las características, ya que incluso un empate sería negativo para ambos conjuntos.
Seedorf seguirá apostando por la continuidad en el esquema, con el 4-4-2 en rombo que ha venido utilizando en los últimos encuentros. Con Lucas, Andone y Adrián como intocables, los cambios llegarán en el centro del campo, con la posible entrada de Guilherme, una vez recuperado, y también de Çolak. El turco es la gran esperanza a la que se agarra el técnico para mejorar la producción ofensiva del equipo. Atrás seguirá apostando por la pareja formada por Sidnei y Albentosa, al que defendió ante los micrófonos.
Por su parte, Paco Jémez llega a Riazor con numerosas bajas, entre ellas dos destacadas como la Gálvez por sanción y la de Etebo por sanción. El técnico también incidió en que queda mucha Liga y no se trata de un duelo decisivo, pero sí es consciente de la importancia de que su equipo vuelva a la buena línea tras la derrota ante el Villarreal. Jémez no ocultó su simpatía por A Coruña, pero ahora tiene claro quién quiere que gane.