A falta de un minuto y medio y con 1-0 para la UD Las Palmas, se paró el partido porque saltó parte de la afición al terreno de juego. Cuando se reanudó el encuentro, empató Uli Dávila. Los andaluces a Primera 42 años después.
El fútbol tiene este punto que puede ser maravilloso y cruel al mismo tiempo. La U.D. Las Palmas ganaba 1-0 al Córdoba C.F. en el 90+1 y hacía bueno el 0-0 que había sacado en tierras andaluzas. Todo parecía resuelto. Pero de repente llegó la revolución. Decenas de aficionados amarillos saltaron de las gradas e incluso algunos llegaron a pisar el césped el césped del terreno de juego. El colegiado murciano Sánchez Martínez decidió detener el encuentro a falta de un minuto y medio.
Miembros del cuerpo técnico y los propios jugadores canarios -entre ellos Juan Carlos Valerón- insistían a los hinchas que subiesen de nuevo a sus asientos, aunque el resultado no era el esperado pues otros cuantos seguían bajado al foso. Presidente del equipo local, delegados, los miembros del estamento arbitral… todos sobre el campo buscando una solución. Finalmente, con muchos aficionados en la pista de atletismo, se reanudó el encuentro.
Nadie esperaba lo que pasó entonces. El Córdoba gestionó brillantemente el minuto y medio que le quedaba al partido y supo jugar y elaborar con paciencia. Cuelgan el balón desde la banda derecha, llega Raúl Bravo al segundo palo y su disparo no lo atrapa Mariano Barbosa. En boca de gol, no perdona el mexicano Ulises Dávila. Los incidentes posteriores mejor no mencionarlos.
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Será por tanto el Córdoba el equipo que acompañe al Deportivo y al Eibar a Primera División. Estos tres conjuntos ocuparán las plazas que dejan Betis, Osasuna y Valladolid. El club andaluz vuelve a la máxima categoría del fútbol nacional 42 años después.