El Deportivo tiene la oportunidad este domingo en Riazor ante el Granada de romper varias rachas y, de paso, de acabar con viejos fantasmas. Primero, cortar una irregular dinámica en cuanto a resultados en este 2016 (cinco empates y una derrota), que frenaría con un triunfo, el primero de este año, necesario como el comer para los jugadores entrenados por Víctor Sánchez del Amo, que ayer sopló 40 velas.
Supondría, por otra parte, finiquitar los malos registros ante el Granada, al que los blanquiazules no ganan desde 1979. En ese encuentro, un 25 de noviembre, entonces en Segunda División, el Deportivo se impuso en Riazor, pero empató en su visita a Los Cármenes el 20 de abril de 1980, lo que a la postre lo acabaría condenando al descenso a Segunda B.
Un mal recuerdo unido a otro más recientes, en una de las últimas visitas de los granadinos. Y es que cualquier deportivista presente en Riazor aquel 9 de febrero de 2013 cierra los ojos y aún puede escuchar la monumental pitada que el respetable dedicó a un equipo desahuciado. Aquel Granada, entonces dirigido por Lucas Alcaraz, golpeó al Deportivo con un incontestable marcador (0-3) y puso en rampa de salida al entonces técnico luso Domingos Paciencia. Una célebre espantada del entrenador portugués, que había llegado tras la destitución de José Luis Oltra por la puerta de atrás. Como colista y a seis puntos de la salvación se quedaba aquel Deportivo, al que tampoco conseguiría salvar un batallador Fernando Vázquez.
Los papeles ahora han cambiado. El Granada regresa a Riazor como colista de la Liga BBVA, a cuatro puntos de los puestos de permanencia y con un nuevo inquilino en el banquillo, José González, tras el cese de José Ramón Sandoval. El Deportivo, décimo en la tabla, tiene la oportunidad de resarcirse de su último tropiezo, desprenderse de viejos fantasmas y dar una alegría a su afición, cosa que no pudo hacer aquel 9 de febrero de 2013, con aquella dantesca estampa para siempre presente en la retina blanquiazul.