Con su triunfo en La Rosaleda, el Deportivo logró enlazar tres victorias de manera consecutiva. Aunque la cifra no sea especialmente llamativa, los blanquiazules no firmaban una racha así desde abril de 2014. De este modo, y justo antes de la eliminatoria definitiva para el ascenso, el equipo herculino ha conseguido romper un gafe que arrastraba desde hace más de cinco años.
La última vez que el Deportivo derrotó a tres rivales seguidos fue en su anterior temporada en Segunda División, bajo la dirección de Fernando Vázquez. Entre las jornadas 35 y 37, disputadas todas ellas en el mes de abril, los gallegos se deshicieron de Real Madrid Castilla, Recreativo y, precisamente, un Mallorca al que se enfrentarán esta semana en la final por el ascenso. Con hombres como Sissoko o Ifrán en su mejor momento, el Dépor lograba así asentarse en los dos primeros puestos, de los que ya no saldría.
Desde entonces, pese a los múltiples cambios de entrenadores y estilo de juego, el conjunto coruñés había sido incapaz de enlazar tres triunfos. Esta misma campaña, Natxo González y el propio José Luis Martí habían estado cerca en varias ocasiones, pero un empate siempre se interpuso en su camino. Y es que a principios de temporada el Dépor logró derrotar a Granada y Nástic para luego empatar con el Málaga; en enero, Albacete y Sporting cayeron pero el Tenerife logró salvar un punto; y más recientemente el Cádiz rompió con otro empate una reacción que había permitido vencer a Numancia y Zaragoza.
Hubo que esperar a ganarle al Córdoba en la última jornada y al doble triunfo frente al Málaga en las semifinales del playoff para ver al Deportivo celebrar tres victorias consecutivas. De cualquier modo, no cabe duda de que esta racha positiva llega un momento inmejorable. El cuadro herculino afronta dos partidos decisivos para los que equipo y afición ya calientan motores. Prolongar esta dinámica en la final contra el Mallorca significaría la culminación del ascenso a Primera División.