«Con Edu Expósito no podíamos permitir otro caso Róber. Un jugador que ha estado tres años cedido en otro equipo gratis y que ahora se va a ir, seguramente gratis«. Así de resignado se mostraba Paco Zas a la hora de explicar la venta del centrocampista y, al mismo tiempo, adelantar que el desenlace del culebrón por el central coruñés no va a tener un buen final para el Deportivo.
Porque, si no hay un giro inesperado de los acontecimientos, Róber Pier no volverá al equipo blanquiazul a pesar de que le queda un año más de vinculación. Y se irá dejando poco o nada en caja. Su contrato incluye la ya famosa cláusula por la que se puede ir cedido de forma unilateral a un equipo de superior categoría, lo que en este caso, a 12 meses de finalizar dicha relación, supondría la resolución del mismo.
En la Plaza Pontevedra ya saben que Róber no renovará con el Deportivo, por lo que el último resquicio que buscan es una negociación con el Levante en el que el conjunto granota ponga sobre la mesa alguna cifra, por pequeña que sea. Casi más por una cuestión de cordialidad entre clubes después de las operaciones en los últimos años, la más reciente, la incorporación de Koke Vegas, que por obligación.
El jugador está ahora mismo recuperándose de una grave lesión de rodilla, pero ya sabe que en Orriols cuentan con él después de sus buenas campañas allí. La mediación de Carmelo del Pozo y la intención de Róber de no abandonar el club de su ciudad por la puerta de atrás son los dos factores que están dilatando el desenlace. Pero el futuro inmediato del central ya está escrito y no se trata, ni mucho menos, del escenario que tanto el Deportivo como los deportivistas hubiesen deseado.