Es la ley del fútbol, y de prácticamente todo en la vida, destacar antes de nada lo negativo. Por eso, lo primero que viene a la cabeza en el inicio de temporada del Deportivo es que ha tenido problemas para mantener las ventajas en el marcador. Que, aún siendo cierto, no hace más que ocultar la virtud de la que hasta ahora está haciendo gala el conjunto coruñés al ponerse siempre por delante. Porque en las cuatro jornadas que se han disputado en Segunda, el Dépor todavía no sabe lo que es ir perdiendo.
Ni un minuto por detrás de su rival. Y no es algo de lo que puedan presumir muchos conjuntos en LaLiga 1|2|3. Además de los de Natxo González, sólo otros dos equipos están en la misma situación. El Granada, próximo rival que pasará por Riazor, y el Zaragoza, exequipo del técnico blanquiazul y, curiosamente, primer obstáculo de los deportivistas en el estreno de la nueva edición de la Copa del rey. Los tres suman ocho puntos en la clasificación.
Más allá de la falta de continuidad en el juego, o el escaso acierto para definir las ocasiones que genera, este dato resalta la consistencia del Deportivo pese a estar todavía ajustando las piezas tras la gran remodelación del verano. Apenas ha sido superado por sus rivales y sólo en la segunda parte de Tenerife dio la sensación de ser un equipo vulnerable durante un tramo largo de partido.
Natxo reclamaba solidez y de momento sus jugadores se la están ofreciendo. Golpeando primero y con una progresión que se culminó el domingo ante el Sporting de Gijón, en el que no se le permitió al rival ni un solo disparo a portería en un partido muy serio. Con el Alcorcón en el horizonte, habrá que ver cuántos minutos más es capaz de aguantar el conjunto blanquiazul sin tener que remar a contracorriente.