La temporada 2016-17 se ha terminado de manera amarga para el Deportivo La Coruña, ya que el conjunto gallego ha conseguido obtener la salvación del descenso con solamente 5 puntos por arriba del Sporting Gijón, el último en bajar a Segunda División.
El equipo entrenado por Pepe Mel no ha estado nunca de verdad en peligro, pero las actuaciones de su año no han acabado de convencer a sus hinchas. Los 43 goles marcados contrastan con los 61 encajados, como prueba evidente de un fútbol no excesivamente propositivo. Sin embargo, en Riazor nunca se olvidarán del 2 a 1 endosado al Fc Barcelona esta temporada, cuando Joselu y Bergantiños castigaron a unos blaugranas que iban camino de recuperar la primera posición. En cambio, fue ahí que el Barça dejó escapar la Liga y, probablemente, el Depor certificara la permanencia en Primera División.
Todo esto sin haber podido disponer mucho del dominio de la pelota, algo muy querido en can Barça y en otros equipos de la Liga. Si los blaugranas figuran como los segundos en todos los campeonatos por porcentaje de posesión de la pelota, es decir un 60% de promedio, inferior solamente al de Bayern Munich (61%), el Deportivo no se clasifica ni entre los primeros diez de la Liga Santander. Es decir que si en algo tiene que mejor el conjunto de Pepe Mel es, sin duda, sobre el cuidado del esférico para poder proponer un juego más proactivo y ofensivo. Lo que queda claro es que entonces, más allá de los fichajes, el sistema de juego tendrá que ser más flexible y creativo, haciendo sobre todo hincapié en la técnica y en la calidad de Celso Borges y de Mosquera, los centrocampistas más utilizados en estos últimos dos años.
Uno de los pilares del Depor es, sin duda, el delantero centro Florin Andone. El rumano, que este año ha marcado 12 goles, es la gran referencia en el ataque y es uno de los fijos también de las convocaciones en la selección del este europa. Andone, que también viste la camiseta número 10, no un dorsal cualquiera, es el futbolista desde el que Pepe Mel tiene que volver a empezar, construyendo alrededor de él un equipo sólido y contundente que pueda mejorar las actuaciones de la campaña pasada. Es cierto que el Depor no dispone de los recursos económicos del Barça o del Madrid, pero su estatus de grande del fútbol gallego y de ex campeón de la Liga lo obligan, de alguna manera, a encontrar una solución para mejorar su rendimiento.
El delantero rumano es entonces la base del proyecto futuro del club gallego, que necesitará tirar de recursos humanos y también de fichajes nuevos para poder subir de nivel. Repetir las hazañas del Super Depor de Jabo Irureta es un sueño, pero La Coruña y su afición necesitan alcanzar un fútbol más vivo, que responda a la gran pasión de la hinchada, una de las mejores de España.