El Deportivo regresará este viernes a Montilivi cuatro años después de su última visita y lo hará en una situación radicalmente opuesta a la anterior. En junio de 2014, catalanes y gallegos se vieron las caras en la última jornada de Segunda División y lo hacían de la siguiente manera: con el Girona buscando evitar el descenso a Segunda B y el Dépor ya ascendido a Primera División.
Y pasó lo más normal cuando un equipo se juega la vida y el otro ya está de vacaciones: el Girona pasó por encima del Dépor y goleó 3-1 liderado por un gran Alfredo Ortuño. Arizmendi, en el que sería su último encuentro como herculino, marcó el gol del honor en el 85 pero no pudo evitar la fiesta en Montilivi.
Desde entonces, por Riazor han pasado ocho técnicos diferentes y en Montilivi continúa el mismo, un Pablo Machín que entonces recogió al equipo colista y a ocho puntos de la salvación en la jornada 30 de la 13-14 y desde ahí mantuvo una línea ascendente y continuada que lo tiene ahora peleando por los puestos europeos.
Curiosamente, en aquella última jornada también se salvó de manera agónica el Alavés, actualmente con doce puntos más que el Dépor y la permanencia en Primera ya encarrilada.