Los tú a tú vividos por Deportivo y Celta tuvieron su particular parón hace más de una década, con motivo del partido benéfico disputado por una miscelánea de ambos equipos ante el Real Madrid a favor de los damnificados por el hundimiento del Prestige.
Parece que fue ayer y, sin embargo, ocurrió hace ya más de doce años. Deportivo y Celta eran por entonces dos transatlánticos que cabalgaban en pos de objetivos distintos, pero inolvidables para ambas aficiones. Los coruñeses buscaban la Liga, amarrados a la estupenda efectividad anotadora de un Roy Makaay al que, aquel año, ni siquiera Ronaldo -sí, ‘O Fenómeno’- pudo arrebatar el galardón de máximo goleador. El Celta, por su parte, logró tras varios años de anhelo alcanzar la fase previa de la Champions League de la mano de Miguel Ángel Lotina.
Sin embargo, la recta final de aquella campaña, marcada por la fabulosa pugna mantenida hasta el final por la Real Sociedad de Nihat y Kovacevic con el Real Madrid, también dejó para el recuerdo un episodio poco común en la historia de Deportivo y Celta: el partido benéfico disputado en conjunto por los dos grandes de la comunidad gallega ante el equipo entrenado por Vicente Del Bosque. Y es que, aunque la tragedia del Prestige guardó para siempre en la hemeroteca las vergüenzas de la clase política española, también logró legar un episodio agradable en forma de compañerismo entre los tradicionales rivales del balompié autonómico.
El duelo, celebrado el 15 de abril de 2003 en el Santiago Bernabéu, no marcó un antes y un después en la historia de ambos, pero tampoco importó. ‘Xuntos por Galicia’ era el lema de aquella noche en la que Fran y Pablo Coira portaron los brazaletes de capitán de un equipo integrado por un total de 22 jugadores -11 de cada plantilla-. Curiosamente, dos de ellos estarán este sábado en Riazor. El tiempo corrió de distinta manera para Manuel Pablo y Berizzo, que compartieron vestuario en aquella ocasión y, ahora, con aún más canas y cicatrices, lideran sus respectivos vestuarios desde dos perspectivas no tan lejanas a nivel emocional.
El resultado de aquel choque fue lo de menos. El Real Madrid se llevó la victoria por 3-0 -goles de McManaman y Morientes por partida doble- en un partido descafeinado, con una afluencia próxima a los 20.000 espectadores y que, en cierta manera, fue visto desde algunos sectores como una maniobra de promoción de la política central con respecto a Galicia a menos de un año de las elecciones generales de 2004. La propuesta, no obstante, sirvió para la recaudación de fondos para los afectados tras el naufragio del buque en las costas gallegas y, además, para recordar que el deporte era una vía más de toma de conciencia con la sociedad. También para unir a Deportivo y Celta.