Mucho se habla a lo largo de esta semana del Cerro del Espino, el estadio donde se disputará el partido de este domingo entre Rayo Majadahonda y Deportivo. El preocupante estado en el que se encontraba el terreno de juego la semana pasada ha disparado algunas alarmas entre el deportivismo. La realidad es que el conjunto majariego regresa al lugar en el que cimentó su ascenso al fútbol profesional la temporada pasada.
El equipo de Antonio Iriondo terminó la liga en primera posición con 70 puntos, uno más que el Fabril. El Rayo se mostró muy fuerte en su terreno de juego donde logró trece victorias, cuatro empates y solo encajó dos derrotas. De hecho esos resultados negativos llegaron al inicio de temporada y fueron el Coruxo y el Fabril los únicos equipos que consiguieron vencer allí. Para el Rayo será especial volver al terreno de juego donde logró el agónico ascenso el pasado mes de mayo gracias a un gol en propia meta del Cartagena en el minuto 96.
Más allá de gratos recuerdos, el partido de este domingo está lleno de incógnitas. Muchos situaban a este humilde equipo como el favorito número uno para perder la categoría, pero traspasado ya el primer tercio de temporada, el conjunto madrileño se encuentra en mitad de tabla con 19 puntos. El Rayo Majadahonda ha disputado sus partidos en el Wanda Metropolitano donde ha logrado cuatro de los seis triunfos que acumula en lo que va de temporada.
A día de hoy es complicado saber a que equipo perjudicará más el partido en el Cerro del Espino, ya que tal y como comentaba Pedro Mosquera en rueda de prensa, el Rayo es un equipo al que le gusta jugar la pelota. El Dépor intentará cambiar su dinámica de resultados lejos de Riazor ya que no gana desde el pasado 30 de septiembre cuando superó al Nástic de Tarragona por un gol a tres. El otro aspecto que preocupa es el de las lesiones. Multitud de futbolistas de la primera plantilla han tenido problemas esta temporada y viendo los antecedentes lo normal es que no se arriesgue con los jugadores que no estén al cien por cien.