El portugués escribió una carta en la que dice adiós al deportivismo antes de pasar por el quirófano en Lisboa. Lamenta no poder “devolver con mi esfuerzo y mi trabajo todo el cariño que me habéis dado desde que regresé a A Coruña”.
Fue breve pero intenso. El paso de Diogo Salomão por el Real Club Deportivo ha sido mucho más corto de lo que se esperaba. Una carta publicada ayer por la noche a través de los canales oficiales del club pone fin a su tercera etapa como blanquiazul. “Como todos sabéis, la temporada tristemente ha finalizado para mi”, comienza confesando el jugador que ha mantenido “hasta el último momento la esperanza y la ilusión” de que su lesión “solo fuera un susto”. Finalmente, será operado este viernes en Lisboa por lo que abandonará la ciudad en las próximas horas.
Lo que más lamenta el luso es que no podrá “devolver con mi esfuerzo y mi trabajo todo el cariño que me habéis dado desde que regresé a A Coruña”. Agradece que en muy poco tiempo “me habéis hecho sentir de nuevo como en mi propia casa, y eso no lo olvidaré jamás en mi vida”. El extremo zurdo asume que “toca afrontar estos meses con ilusión y entereza para volver cuanto antes a los terrenos de juego” y reconoció que estará “pendiente en la distancia” y ayudando en lo que pueda “para que el Club regrese a la categoría que se merece, la Primera División”.
Cedido por el Sporting de Lisboa, su tercera andanza en el equipo herculino duró solamente seis partidos en los que disputó 361 minutos y sumó un tanto en la victoria frente al Sabadell. El club y la afición le echará de menos, pero se queda con sus sentidas palabras de su carta de despedida: “Quién sabe si el fútbol me dará otra oportunidad de regresar algún día a MI Deportivo”.